Si estás planeando una escapada a la comunidad del vino te recomendamos montarte un itinerario exhaustivo, porque en La Rioja hay muchísimo que hacer más allá de beber (que también forma parte del planning). Tapeo, museos, naturaleza y algunos de los pueblos con más encanto de España te esperan en tu viaje al norte.
Logroño y el buen tapeo
La capital de La Rioja es muy divertida y está llena de vida, de edificios bonitos como la Concatedral de Santa María. También tiene una de las calles de tapeo más famosas de España: la calle Laurel. Entre lo rico que se come, lo bien que se bebe y las preciosas callejuelas del casco histórico el día se te pasará volando.
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Sierra de Cebollera y sus preciosas cascadas
Al sur de La Rioja encontramos este paraíso natural lleno de pueblos con encanto, de picos montañosos y de rincones tan bonitos como las cascadas de Puente Ra. Ideal para alejarse del bullicio y hacer senderismo en plena naturaleza.
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Museo del Vino de Vivanco
En plena Sierra de Cebollera está el pueblo de Briones y dentro encontramos el Museo Vivanco, dedicado a la cultura del vino. En él podemos descubrir toda la historia de esta bebida, desde los procesos de elaboración hasta obras de arte dedicadas al vino realizadas por Sorolla, Picasso, Miró, Dalí y muchos otros.
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Ezcaray, el pueblo en lo más alto
En dicha Sierra de Cebollera está Ezcaray, uno de los pueblos con encanto riojanos más populares por estar en el punto más alto de la comunidad, el pico San Lorenzo de más de 2.200 metros de altura. Desde allí arriba podemos ver toda La Rioja y las sierras de alrededor.
Monasterios de Suso y Yuso
Son uno de los puntos de peregrinación del Camino de Santiago, Patrimonio Mundial de la UNESCO y la cuna de la lengua castellana. En ellos se escribieron las Glosas Emilianenses, las primeras escrituras en castellano en el siglo X.
Haro, la capital del vino
Puede que parezca una ciudad pequeñita, pero tiene la mayor concentración de bodegas centenarias de España, con algunas tan icónicas como las López de Heredia o las Muga. Su casco antiguo está declarado Bien de Interés Cultural y viene repleto de sitios de tapeo.
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Arnedillo y sus aguas termales
La Rioja Baja a veces queda algo olvidada en comparación con la Alta, llena de pueblos preciosos, montañas y viñedos. Pero si tenemos tiempo la localidad de Arnedillo es un imprescindible, con sus pozas termales en el valle de Cidacos para relajar el cuerpo después de tanta caminata.
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Calahorra y sus ruinas romanas
Esta ciudad no es solo la segunda más poblada de La Rioja. También es una fantasía para los amantes de la historia y la arquitectura porque está cuajada de callejuelas, iglesias, palacios e incluso restos del Imperio Romano de los que podemos descubrir todo en el Museo de la Romanización.
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Alfaro y sus curiosas cigüeñas
Quizá no sea el pueblo más importante o llamativo de La Rioja, pero sus cigüeñas atraen cada año a miles de turistas. ¿El motivo? Es la colonia de cigüeñas blancas más grande del mundo dentro de una urbe y se han convertido, con sus nidos y sus vuelos, en la postal más famosa de la localidad.
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Fotos | iStock.
