Si, por la razón que sea, este año no tienes vacaciones o te has propuesto exprimir al máximo el verano, solo tienes que poner el foco en los fines de semana. Las escapaditas son la clave para sacarle todo el jugo a la época estival, no hay por qué escatimar con la cantidad ni esperar que haya un puente. Los hoteles rurales, ya de por sí, son un remanso de paz y desconexión intensiva perfectos para este tipo de viajes exprés pero los que hemos seleccionado en esta lista, son realmente especiales para escapadas inolvidables.
Collados de la Sagra
Privacidad, tranquilidad e intimidad en plena esencia de la naturaleza es lo que ofrece el complejo del Grupo Collados en la Sagra en perfecta sintonía con el entorno en que se asienta. Esta sierra con un pico aislado se sitúa al norte de la provincia de Granada, entre los municipios de La Puebla de Don Fadrique y Huéscar, y hemos podido comprobar de primera mano que es un lugar especialmente recomendado para desconectar. Y es que no hay prácticamente cobertura.
Dispone, por un lado, de alojamiento en un hotel rústico de 20 habitaciones y, por otro, la joya de la corona: cuatro cabañas independientes que trasladan la vista a un paisaje al más puro estilo de los Alpes suizos. Aunque lo que redondea la experiencia a la categoría de auténtica maravilla es la exquisita gastronomía familiar de su restaurante, reconocida con premios nacionales a internacionales. Aunque, tal vez, mayor prueba aún de ello sea que los lugareños atraviesan su carretera de montaña solo para degustar el cordero segureño asado o el Remojón de San Antón con salmorejo de tomate Raf.
No obstante, a pesar de encontrarse un poco aislado, no deja lugar para el aburrimiento y ofrece diferentes posibilidades para disfrutar el entorno como subir al Pico de la Sagra, visitar la fuente del Maguillo o contemplar el segundo cielo más limpio de Europa después de Canarias. Y es que en las instalaciones del complejo se encuentra el observatorio astronómico científico-divulgativo en colaboración con el Instituto de Astrofísica de Andalucía-CSIC donde se ofrece a los huéspedes una actividad de visualización de las estrellas, constelaciones y nebulosas más representativas de la galaxia.
Molino de Alcuneza
El Molino de Alcuneza distribuye sus instalaciones entre un antiguo molino harinero de piedra, con más de 500 años de antigüedad, y otro edificio de nueva construcción frente a la piscina. Un lugar que los hermanos Samuel y Blanca Moreno han convertido en una referencia culinaria y hotelera en esta pedanía homónima de Sigüenza (Guadalajara), que está especialmente bonita al atardecer.
El molino harinero aún funciona con la fuerza del riachuelo que discurre bajo la casona. Siendo esta la principal seña de identidad del hotel, el pan que se sirve en el restaurante tenía que estar por fuerza a la altura de manjar de los dioses. Es por ello que su famosa masa madre se hace con levaduras obtenidas de lo más profundo de Molino de Alcuneza. Además, los trigos se muelen a la piedra y son la base de hasta ocho tipos de panes que se hornean a diario, así como de la bollería artesana de los desayunos.
Aunque no todo es tradición y se permiten algún fusiones como el pan de gazpacho, el de algarroba y cebolla o el de cerveza con su bagazo. Y es que su restaurante tiene una estrella Michelin por su cocina de vuelta a los orígenes pero con un guiño de modernidad a cargo del chef Samuel Moreno.
Otro de sus puntos fuertes es el spa El Molino, que se estructura en tres niveles con Ducha de sensaciones con aromaterapia, Ducha vital escocesa de contraste, Sala de masajes y un circuito Spa, entre otros tratamientos.
Cabanillas do Bosque
Las Cabañitas del Bosque están distribuidas en tres fincas diferentes en el municipio de Outes (Galicia); en el camino de Santiago a Finisterre, a tan sólo a 30 minutos de Santiago de Compostela, entre las Rías Baixas y la Costa da Morte. El 80% de sus visitantes son habitantes de la zona que buscan una escapadita en un enclave que combina lo mejor de la naturaleza y la arquitectura con sus modernas cabañas de madera construidas sobre la copa de un árbol.
Las cabañas están situadas entre ríos, playas y montañas con vistas a la costa y, cada una de ellas, está estratégicamente colocada para que los huéspedes no se vean entre sí y sientan que están a solas. Algunas de ellas incluso cuentan con jacuzzi en la terraza. En los alrededores se pueden realizar distintas actividades más allá de practicar la desconexión.
Recomendamos especialmente el famoso baño de bosque o Shinrin Yoku. Una tendencia que llega desde Japón y que consiste en practicar mindfulness en la naturaleza. El resultado es sentirse uno con la Tierra al finalizar. Asimismo, la playa Da triga se encuentra cercana. Un enclave muy escondido que es una maravilla y que merece la pena visitar. Para comer, el restaurante Rios o Freixo es una apuesta segura.
Hotel burbuja Miluna
A tan solo 90 km de Madrid (una hora en coche), en Hormigos, un pequeño pueblo de Toledo alejado de la contaminación lumínica y en plena naturaleza, se encuentran las habitaciones a cielo abierto de Miluna. Se trata de un hotel de concepto burbuja en el que los huéspedes se alojan en cabañas esféricas con vistas panorámicas al firmamento y rodeadas de pura naturaleza.
Eso sí, a pesar de ser una experiencia a la intemperie y bajo las estrellas, las habitaciones cuentan con todos los detalles y el confort propio de un entorno íntimo. Dormir en una cama King Size con dosel y darte un baño con vistas celestiales. Explorar el cielo con el telescopio y libros de astronomía y, por la mañana, degustar un desayuno a base de productos ecológicos y de proximidad.
Además de bañarte en la piscina o recibir un masaje, uno de los servicios más llamativos que se pueden contratar para elevar la experiencia es el flotarium para cerrar los ojos, flotar en el agua y desconectar. En él se puede disfrutar de una sensación de relajación similar a levitar. Y para presumir bien después en redes, el propio hotel ofrece la posibilidad de contratar una sesión de fotos en la naturaleza.
Noa Boutique Hotel
Este hotel boutique parece una isla Griega pero en realidad está en Galicia y, además, es uno de los más respetuosos con el medio ambiente de la zona. Para ello utilizan energías renovables, suelo radiante por geotermia, generan los mínimos residuos plásticos posibles o reducen el consumo de agua y papel. Situado en el municipio de Oleiros (A Coruña), tiene unas increíbles vistas al castillo de Santa Cruz, que se encuentra en medio del mar. Solo hay que mirar las fotos para comprobar que se trata de uno de esos lugares que convierten una visita improvisada en una gran experiencia.
El alojamiento cuenta con cuatro estrellas y un enclave perfecto para todos el que busque tranquilidad, naturaleza, buena gastronomía y cultura. Así, el hotel cuenta con un restaurante especializado en gastronomía propia de la zona; un espacio para eventos, un centro de bienestar (con gimnasio, spa y zona de masajes); una infinity-pool de agua caliente en la terraza y un exclusivo roof-bar con terraza, que es ideal para relajarse y tomarse una copita de Albariño.
Casa da Calçada Relais & Châteaux
La publicación británica The Guardian ha elegido Amarante, a menos de una hora de Oporto (60 km), como una de las ciudades de visita imprescindible en 2021. Se trata de un refugio para los amantes de la belleza, el golf y los grandes vinos en la península ibérica.
Este destino encuentra su máxima expresión en el hotel con encanto Casa da Calçada Relais & Châteaux, que ocupa un palacio construido en el siglo XVI completamente rehabilitado respetando su estilo barroco. Además, su restaurante, Largo do Paço, dirigido por el chef Tiago Bonito, cuenta con una estrella Michelin, la única concedida por la prestigiosa guía en esta zona del norte de Portugal.
Se trata de un destino ideal para los viajeros que quieren descubrir lugares únicos, lejos del turismo de masas. El valle del Duero gusta no solo por sus preciosos paisajes sino también por la historia de Portugal, su cultura y su gastronomía. Con vistas al río Támega, el antiguo puente, la iglesia y el convento de Sao Gonçalo, el imponente edificio, protegido por su valor arquitectónico, ha sido testigo de muchos capítulos de la historia lusa.
Los visitantes pueden visitar el Museo Amadeu de Souza-Cardoso, deambular por las estrechas calles del casco antiguo de Amarante o disfrutar del campo de golf de 18 hoyos situado a 15 minutos del hotel. Para los más aventureros, el río Támega permite la práctica de piragüismo y rafting, así como bonitas jornadas de senderismo por su ribera.
Fotos | Cortesía de los hoteles mencionados.