Vivienne Westwood es la reina del punk elegante, su audacia y estilo tan personal siempre hace que no pase desapercibida tanto ella misma como su trabajo y por ello es que tras algunos tropiezos en Milán, la reina de lo estrafalario y llamativo vuelve a su tierra natal: Londres. Y con esta colección de su Red Label es que desde Trendencias le rendimos un merecido: God Save the Queen!
Si Anglomanía nos dió un buen anticipo en la Semana de la Moda de Berlín, con esta Red Label nos convence de que sigue siendo la reina de nuestros corazones al demostrarnos su maestría en acomodarse a la figura femenina y darle un dramatismo a los modelos sin recurrir a sus clásicas piezas provenientes del punk. Fue más bien una colección inspirada por la suave caída de las telas y el como se amoldan estas al cuerpo de la mujer.
El drapeado y la suavidad del shantug de seda,el satín, la organza o el lino fueron los protagonistas de esta colección. Los colores suaves del verano como el blanco, el arena, el khaki y el dorado hicieron su aparición al principio de la colección acompañados por un rosa pálido y un azul acero precioso, así como el negro que no podía faltar en ninguna colección de la Westwood.
El toque exótico no venía en las prendas, sino en los accesorios. Zapatos de punta redondeada con bordados estilo marroquí y cinturones con los mismos grabados sacados directamente de las tribus bere bere del norte de África, así como grandes pendientes de filigrana y peinados de recogidos muy altos y étnicos. Hasta pañuelos en la cabeza y collares de cuentas de colores usados como cinturones. Todo tomado directamente de la influencia tribal y multicultural de barrios londinenses como Camden o Shoreditch.
Lo curioso de la colección es que con las faldas plisadas que me recordaban a las de las odaliscas, también estuvo presente el colonizador británico con trajes de dos piezas de corte muy limpio con solapas triangulares y rayas verticales afinando la figura. Sombreros de sabana africana y el estilo británico del continente se mezclaron en la segunda parte de esta colección para darle variedad. Y es que Vivienne no puede dejar de lado su estilo personal.
Los vestidos de cocktel eran algo muy sexy y elegante. Sin logos, ni toques extravagantes. Lineas puras y ajustados a la figura. Algunos venían con estampados sencillos y otros en colores únicos. Y hablando de estampados, no se porque a Vivienne le dió por las flechas de dos puntas, las combino en dos colores o con un fondo de uno y las flechas resaltando. Por extraño que parezca el resultado fue un toque muy alternativo y chic a un tiempo.
Pero no puedo decir lo mismo de la última parte de la colección, ya que en cuanto comenzaron las telas metálicas parecía que a las modelos las habían cubierto con papel de plata o con las mantas que utilizan los servicios de emergencia. El toque extravagante era de esperarse, sin embargo en esta ocasión no se gano mis aplausos como en tantas otras.
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