Nicole Kidman tiene un don para coger los diseños más complicados y en apariencia poco favorecedores y convertirlos en los reyes de la alfombra roja. La hemos visto hacerlo en numerosas ocasiones y es toda una habilidad. Con su estilismo para la gala de los Oscars 2018 ha demostrado de nuevo este súper poder, porque un vestido en azul metalizado de satén como el suyo habría sido todo un fiasco en cualquier otra celebrity.
El diseño de Armani Privé es complicado en todos sus aspectos. El color no es el más fácil de defender, aunque hemos visto ya hoy a Jennifer Garner comerse la red carpet con él puesto. Tampoco ese escote corazón tan cursi tenía todas las de ganar, ni el tejido rígido metalizado, ni muchísimo menos ese lazo XL en el centro de todo el look. Por no hablar de esa caída tan estricta con abertura frontal.
En la teoría suena horrible, pero visto en práctica por la propia Nicole Kidman es arquitectónico, estilizado, original a rabiar y sensacional. Y es que, como decíamos, ella tiene esa capacidad única para hacer brillar los looks más complejos y hacerse con todas las miradas.
Fotos | Gtres.
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