En el año 1998 Tiffany’s registraba su icónico azul presente dos décadas antes de que la compañía de artículos de lujo comenzara a centrarse en la joyería. Desde que lo hiciera ese azul ha sido exclusivo de ellos, y en 2001, se estandarizó como un color personalizado creado por Pantone exclusivamente para la marca, uno con el nombre 1837 Blue, en homenaje al año de nacimiento de la marca.
El Tiffany Blue está presente en su packaging, comunicaciones y en todo lo que rodea la marca de una forma más que significativa. Times Square por ejemplo se ha vestido de este azul para celebrar el aniversario de Desayuno con diamantes, película en la que Tiffany & Co fue tan protagonista como Audrey Hepburn.
Solo Tiffany 's puede usarlo de forma exclusiva y sin posibilidad de que el público pueda acceder a él. Si quieres pintar una pared de tu casa con el azul Tiffany 's, no puedes. Hasta ahora.
El azul Tiffany 's al alcance de cualquiera
El artista y activista Stuart Semple ha clonado el color para ponerlo al alcance de cualquiera en una maniobra que él mismo ha denominado como liberación del color.
Tras un largo proceso, Stuart Semple ha conseguido el tono exacto que ahora vende en su página web con el nombre “Tiff” por 23,95 euros. No es el primero de los colores liberados de Semple, pero sí el más polémico. Se hizo famoso por crear la pintura "rosa más rosa" del mundo después de que el artista Anish Kapoor obtuviera los derechos exclusivos para el uso de Vantablack, el negro más negro del mundo.
Aunque grandes empresas como Coca Cola tienen registrado un color para su marca (el rojo en este caso), la gran diferencia es que la marca registrada del azul Tiffany 's impide que se use en joyas, fragancias, vajillas, libros y hasta en taxis o escaparates. Por eso se ha decidido a ofrecer esa libertad al color “para que todos los artistas lo utilicen en sus creaciones.”
Para Stuart Semple los materiales de arte que crea en su estudio son “una crítica cultural”. De hecho afirma que la venta de estos colores no es con fines lucrativos, sino que abrir los colores para todos es una herramienta para luchar por la libertad de expresión.
Y aunque según informa Fast Company, el propio artista sabe que no es una buena idea porque podría tener repercusiones legales pero “es un riesgo que estoy dispuesto a correr”. de momento no sabemos si Tiffany ‘s tomará o no medidas legales, pero sí nos parece que esta protesta contra el monopolio de un color es cuanto menos, curiosa.
Fotos | Culture Hustle, Tiffany ’s