Hoy os voy a plantear algo que quizá nunca habéis pensado. De hecho a mí me surgió la duda a raíz de los granitos inesperados que le salieron a una amiga tras dejarse maquillar en unos grandes almacenes por las chicas que llevaban una de las marcas punteras.
Mi amiga tiene una piel sin problemas, no sensible ni grasa, por lo que se asombró bastante cuando al día siguiente un caso muy leve de acné le apareció por la mandíbula. Hablando del tema, me preguntó: “¿Cada cuánto lavarán las brochas con las que maquillan?”
Teniendo en cuenta que la marca es de prestigio y por tanto podemos descartar que el producto fuera de mala calidad y poco testado en alergias y que, además, la piel de mi amiga jamás se ha quejado por cambiar de productos ni ha tenido reacciones de este tipo, mi amiga pensaba que quizá la culpa era de las brochas.
Nunca me había parado a pensar en la higiene de estos instrumentos de maquillaje, pero me pudo la curiosidad y la siguiente vez que fui al stand se lo pregunté a la chica. Me dijo que las desinfectaban a diario y las lavaban una vez a la semana, para no estropearlas puesto que el pelo era natural.
También me comentó que solían reemplazarlas a menudo. Me quedé con la duda puesto que la chica que me atendió es relativamente nueva y no estoy segura si era ella la que se encargaba de esta limpieza. La última vez que me maquillé allí la brocha para los polvos bronceadores estaba demasiado “abierta” como para haber sido lavada hacía poco.
Con esto no estoy diciendo, en absoluto, que no se cuide la higiene, simplemente es un hecho que había pasado siempre por alto y al que no le había dado importancia. Como sé que entre nuestras lectoras tenemos varias del gremio, dejo aquí la pregunta, para ellas y para todas ¿os fiáis?
Imagen | GeorgiePorge
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