Llega el verano, y con él llegan cosas que nunca cambian: aumenta el calor, sacamos del armario las faldas, los shorts, las camisetas de tirantes y todas queremos lucir una piel bronceada y bonita. Hoy hablaremos de todo aquello que debemos tener en cuenta para presumir de bronceado de cine este verano.
Da igual si tomas el sol en la playa, en la piscina, en la azotea de tu casa o en el parque que tienes al lado: siempre tenemos que tener en cuenta unas pautas de seguridad para evitar dañar nuestra piel. Aquí tenéis una lista de consejos para apuntar antes de exponernos al sol.
Antes de tomar el sol es una buena idea preparar nuestra piel en una cabina de rayos: esto no sólo hará que no lleguemos blancas nucleares a la piscina, sino que además evitará las temibles quemaduras de los primeros días al sol. No hace falta que nos pongamos como Nicki Minaj antes de llegar a la playa: con un par de sesiones es suficiente si nuestro objetivo es proteger la piel.
Exfolia todo tu cuerpo: las pieles muertas son el enemigo número uno de una piel bonita y del bronceado. Un par de días antes de tomar el sol conviene exfoliar nuestro cuerpo con un producto específico para ello. Prácticamente todas las marcas de higiene corporal disponen de geles exfoliantes, así que elige el tuyo (con o sin perfume) y manos a la obra. También podéis optar por la versión casera, mezclando sal marina con vuestro gel habitual.
La depilación, unos días antes: después de la exfoliación, el siguiente paso es depilarnos. Ojo, porque es importante que, sea cual sea el método que utilicéis pero sobre todo si optáis por la cera caliente, no os depiléis inmediatamente antes o inmediatamente después de tomar el sol. Tras la depilación la piel queda totalmente desprotegida, así que es mejor esperar un par de días antes de exponernos al sol de pleno.
Las mejores horas para tomar el sol: evita las horas centrales del día (entre las 12 de la mañana y las 3 de la tarde) ya que en ese momento los rayos del sol llegan más perpendiculares hasta nosotros y son más dañinos. Mejor temprano por la mañana o ya por la tarde, que es cuando más agustito se está.
Escoge un factor de protección solar adecuado para cada parte de tu cuerpo. En nuestro cuerpo hay zonas más o menos delicadas: por ejemplo, la piel de la cara, el escote y la zona del culete (que no ve la luz durante muchos meses) es bastante más fina y más frágil que la de otras partes del cuerpo, por lo que seguramente necesitaremos un factor de protección mayor.
¿Tomas anticonceptivos orales? Cuidado con la piel del rostro. Yo pensaba que era una leyenda urbana hasta que me lo dijo mi farmacéutica: imprescindible usar protección solar en la cara cada día si estás tomando la píldora. Ahora las BB Cream vienen con factor de protección solar (mínimo del 15+) y me aseguraron que con eso basta para el día a día. Eso sí, el día que voy a tomar el sol utilizo factor 50+. Ya sabéis: si no queréis una sombra extraña en la zona del bigote, protegeos siempre del sol.
Ve de menos a más y controla el tiempo de exposición solar: "primer día de piscina: me pongo 3 horas al sol y ya estoy morena para todo el verano". ¡Meeeeeec! ¡Error! Pero sí, yo también lo he hecho. De esta manera lo único que conseguirás serán unas quemaduras que te durarán casi una semana. Comienza de menos a más y no te pases de un tiempo prudencial.
Protege tu cabeza del sol. No tienes que ponerte una gorra de publicidad de la charcutería de tu barrio: sé estilosa y utiliza una pamela o un pañuelo. Moja tu pelo cada cierto tiempo para mantener la cabeza fresquita, y vigila sobre todo la parte de arriba de tus orejas y asegúrate de echarte crema protectora en esa zona: por norma general la descuidamos y está muy expuesta al sol, con los riesgos que eso conlleva.
Mantente hidratada: con agua, me permito añadir, porque sol y alcohol no son buenos compañeros. Asegúrate de que en tu capazo de playa metes una botella grande de agua fría para poder beberla a sorbitos. Puedes llenarla hasta la mitad y dejarla la noche anterior tumbada en el congelador para después rellenarla con agua del grifo y que siempre esté fresquita.
Después de tomar el sol, ¡hidrata tu piel! Mejor que una crema hidratante, escoge una específica para después del sol, ya que contienen agentes más nutritivos que reparan y además refrescan tu piel.
Me he quemado, ¿y ahora qué hago? Si a pesar de todo te has quemado (sí, yo ya me he quemado este año, pero vosotras estáis a tiempo de evitarlo) lo que más te aliviará será hidratar la zona cada poco tiempo y no volver a tomar el sol en unos días. Las cremas con aloe vera van de lujo para reparar quemaduras, y las duchas de agua fría te harán sentir mejor. Espero que no tengáis que llegar a esto último.
Ahora que ya habéis tomado nota, tened todo en cuenta ¡y disfrutad de una piel cuidada y bronceada este verano!
Imágenes | Victoria's Secret y Thinkstock #1 y #2 En Trendencias Belleza | Si te acabas de depilar, no tomes el sol. Si vienes de la playa, tampoco te depiles