Siempre he pensado que regalar una fragancia a una mujer, puede llegar a ser una cuestión tan personal, como dicen que una corbata lo es para un hombre. Pero si se acierta es uno de los obsequios más gratificantes que existen; porque cuando nos gusta y tiene que ver con nuestra personalidad, completa el cuidado, expresa mucho sobre nosotras y nos hace sentir bien. Me encanta que me regalen un perfume porque a veces, aunque lo desee, debo dar paso a otras prioridades y no lo compro cuando es para mi, por eso agradezco que alguien se acuerde de hacerlo.
Una fragancia debe ser reflejo de la personalidad y del gusto. Hay mujeres que utilizan un perfume, con el que se identifican, les acompaña siempre e incluso son reconocidas por él. Yo soy de las que innovo por épocas, descubrir me aporta alegría, sensación de cambio y me hacen identificar momentos de mi vida.
El poder de una fragancia
¿Sabéis que el olfato es el sentido que más nos conecta y traslada a lugares o experiencias? Si pensáis en el olor a alcohol y cerráis los ojos, es fácil que os acordéis de un hospital o una herida; ¿no es así? O si pasáis por la puerta de una confitería, es posible que el aroma os haga desear un pastel. Y si os ponéis el perfume del verano, ¿no os traslada a la felicidad de esos días? Esta es una de las cualidades adicionales de una fragancia: la imaginación, la seducción y todo lo que atañe a un proceso psicológico.
Un aroma conocido, es capaz de hacernos recordar, despierta nuestra memoria, estado de ánimo, nostalgia, alegrías o vivencias pasadas, porque siempre nos relaciona con un contexto. Es el poder que olfato tiene para asociar sensaciones, el que hace que la elección de un perfume sea decisiva, puesto que puede tener la capacidad de aportarnos felicidad o, en ocasiones, incluso melancolía.
Como elegir
En primer lugar, os debéis preguntar qué es lo que esperáis de una fragancia. Si os apetece tener una impresión fresca y agradable por la mañana sin la expectativa de que el aroma os acompañe durante el resto del día, optad por una agua fresca, colonia o eau de toilette, su concentración de esencia es baja (entre un 6% y un 15%) y por ello, tienen poca fijación; pero si lo que pretendéis es que el aroma permanezca durante horas, os debéréis centrar en agua de perfume o en perfume (extracto) y saber la diferencia que existe entre ellos (solemos designar con la palabra "perfume" a cualquier concentración de esencia, ignorando que su denominación varia, en función de ésta) . Por lo general, un mismo nombre de fragancia se presenta en estas diferentes concentraciones, por tanto, os debéis fijar en su especificación a la hora de comprarlo, dependiendo de vuesto deseo y de lo que os querais gastar.
A la hora de regalar, lo mejor es preguntar con cautela o investigar al destinatario de vuestro obsequio. Un buen perfume dura bastante y tiene un precio elevado, por lo cual, conviene acertar. Si es para vosotras, recordad que el primer impacto de una fragancia no es el verdadero. La que nos gusta en un primer momento, puede convertirse en una pesadilla y con el tiempo, llegar a aborrecerla, son fragancias que parecen una cosa y luego son otra. Por eso es importante probarlas durante un rato, así comprobaremos su fijación y si nos gusta de la misma manera al pasar las horas.
Los perfumes por su base se pueden calificar en florales, amaderados, frutales, especiados...pero lo más importante es que al elegir, se adapten a vuestra personalidad. No os guiéis por modas, hay aromas con los que sabemos que no tenemos nada que ver desde el primer momento, y otros que pueden crearnos la duda o engañarnos; por eso es tan importante probar antes de comprar, pero...¿cómo? Se debe hacer sobre la piel (cuando en algún establecimiento, nos ofrecen un papelito, esta bien como acercamiento, pero os debéis quedar ahí).
La fragancia de un perfume evoluciona en tres etapas o fases con respecto al sentido del olfato. Se denomina como notas de salida, al aroma del perfume tras su aplicación sobre la piel; luego, las notas de corazón, corresponden a éste después de unas horas (para mi las más fiables a la hora de elegir el perfume), y después, la fase de fondo, que serían las notas que quedan al final del día (tras unas siete horas, más o menos).
Mi truco
No me dejo llevar por la primera impresión. Me fío del perfume que deseo tener por un criterio: cuando uno me gusta, si no tengo una muestra, suelo probarlo en mi establecimiento habitual, al menos dos días. Si me arrebata el segundo o tercer día como el primero, y lo echo de menos realmente, sé que es el mío. Si por el contrario, comienzo a percibir notas que al principio no reconocí, como empacho o demasiada intensidad, desecho la idea de comprarlo.Fijación
Me encanta la sensación que da una persona que pasa a mi lado y deja una estela a su paso de ese perfume que quisiera tener ya. Si tenéis la impresión de que vosotras no conseguís ese efecto, tened en cuenta que el olfato es el sentido que más se acostumbra, de manera que es capaz de no percibir un aroma al cabo de unos minutos, por lo que puede que sí dejéis una estela maravillosa y vosotras no seáis capaces de percibirlo.
Si pretendéis que éste tenga fijación (que su fragancia permanezca), recordad que entre perfume y agua de perfume, varía la concentración de la esencia, lo que revierte directamente en su fijación. Un perfume tiene una concentración muy alta (de un 20% hasta un 40%), en el agua de perfume la concentración de esencia aromática es inferior (de un 15% a un 19%), y por tanto la duración es menor. El precio suele cambíar entre ellos, resultando más caro el perfume. Otro factor que influye en la fijación es el pH de la piel de cada persona.
Poneos manos a la obra, llega la Navidad; si queréis que acierten, predicad a los cuatro vientos cual es perfume que os gusta, y si queréis regalar intentad averiguar el que gusta a los demás. A veces la fuente de la felicidad se encuentra en un pequeño frasco de cristal.
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