Me despido de las ojeras gracias al tratamiento Redensity II de las Clínicas Dorsia. Lo probamos

Me despido de las ojeras gracias al tratamiento Redensity II de las Clínicas Dorsia. Lo probamos
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Han sido varias las ocasiones en las que os he comentado que una de mis grandes preocupaciones estéticas son las ojeras. En mi caso son de corte genético, así que por mucho que me esfuerce, por muchos productos que use, puedo mejorar un poco la apariencia, pero en realidad, no hay forma de acabar con ellas. Por esta razón, decidí dar un paso más allá y probar el tratamiento Redensity II de las Clínicas Dorsia con el que realmente sí que he podido decirlas adiós. Os cuento mi experiencia.

Redensity II, el tratamiento

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Os comenzaré explicando en qué consiste este tratamiento que, como podéis imaginar, se trata de inyecciones que se aplican directamente sobre la ojera.

Así, el tratamiento Redensity II está compuesto por una parte de ácido hialurónico semi-reticulado, un complejo dermo-estructurante formado por aminoácidos, antioxidantes, minerales y vitamina B6 que aportan la la capacidad de mejorar el tono, la luminosidad y la calidad de la piel, y lidocaína que tiene efecto anestésico para hacer indoloro el proceso.

En cuanto a la aplicación, se realiza mediante uno o dos pinchazos según los casos (en el mío han sido dos al tener el surco de la ojera más grande), con los que se inserta una microcánula a través de la cual se inyecta el producto que distribuye en la zona a tratar.

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Dado que se trata de un producto en gel, éste se adapta a la perfección a toda la zona de la ojera sin que se acumule ni haya deformaciones. Además, por el tipo de ácido se reduce significativamente la posibilidad de hematomas.

Desde la primera aplicación se notan los resultados (¡vaya si se notan!) aunque el protocolo suelen ser dos sesiones con un periodo de descanso de a lo sumo un mes.

En cuanto a los resultados que se estiman del tratamiento tenemos desde que las ojeras se rellenan y y desaparecen, se mejora el tono y la calidad de la piel de la zona, la piel recupera densidad, y todo ello con una duración de hasta un año.

Mi experiencia

En mi caso me he aplicado este tratamiento en los Centros Dorsia sitos en Valencia, concretamente, en el de la calle Valle de la Ballestera 46, y me lo ha aplicado la Dra. Natalia Cuadros, una gran profesional que me dio muchísima confianza desde el primer momento ya que, como podéis imaginar, iba un poco nerviosa (mucho) ya que, tras informarme acerca del tratamiento, empecé a dudar, sobre todo por el hecho de la microcánula (el miedo al dolor es muy libre).

Pues bien, gracias a la paciencia de la Dra. Cuadros, que me explicó el tratamiento, en qué consistía y los resultados que íbamos a obtener, me tranquilizó mucho, me hizo confiar en ella y finalmente me decidí. Para mí ese factor empático es muy importante.

Además, por otra parte, le agradecí que me explicase las cosas de forma muy realista ya que me comentó que el tono azulado que siempre he tenido, no se me iba a eliminar del todo, principalmente porque, como os he comentado, mis ojeras son genéticas, no son producto de una mala noche, pero que sí se atenuaría, lo cual para mí ya era más que suficiente con esa promesa.

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Antes del tratamiento

Y nos pusimos manos a la obra: me tumbé en la camilla y la Dra. Cuadros comenzó las infiltraciones. El primer pinchazo me lo aplicó justo en la mitad de la ojera donde introdujo la cánula hacia el lagrimal dirigiendo el producto a la zona. ¿Duele? El pinchazo no, la microcánula se nota, de forma muy leve, es algo perfectamente soportable a lo que no hay que tener ningún miedo. Además, gracias a la lidocaína la zona se duerme (un rato muy largo, como cosa de un par de horas o así), por lo que en realidad, es un tratamiento con el que quejarse poco.

El segundo pinchazo me lo aplicó en la zona de la ojera más exterior, por el surco que tengo, es decir, más en la zona exterior del ojo, rellenando esa zona también. Nuevamente, una leve molestia pero sin grandes dolores.

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Inmediatamente después del tratamiento

Una vez se inyecta el producto, la Dra. masajea la zona y hace las comprobaciones precisas sobre la cantidad y la distribución. En menos de 20 minutos tienes ambas ojeras tratadas, y lo mejor de todo, es que tras esos pocos minutos los resultados ya son plenamente visibles.

Y es que es uno de esos tratamientos que según te aplicas ya se nota, ¡y es realmente impresionante! De repente parece como que hubieses dormido la mejor noche de tu vida y te levantas con la mejor de tus caras. De hecho, esa es la impresión que tengo desde entonces, ese pensamiento de que esto es lo que debe sentir la gente que se levanta con buena cara porque, realmente, es impresionante.

Todavía me falta la segunda sesión que espero poder aplicármela a finales de este mismo mes ya que, según me explicó la Doctora, una vez abierto el producto se puede conservar no más allá de poco más de un mes, así que pretendo aplicármelo en breve para afianzar los resultados más si cabe.

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15 días después y pendiente de la segunda infiltración

El resultado, personalmente, no ha podido ser más satisfactorio. Siento que tengo mucho mejor aspecto (y más que lo voy a tener con la próxima infiltración) y de una forma muy natural, sin un cambio radical, que era lo que también me temía (las películas que nos creamos en la cabeza son realmente tremendas). Desde entonces, mis amigos y conocidos cuando me han visto tras las vacaciones me dicen la buena cara que tengo, sin imaginar a qué se debe, obviamente.

Así, no solo el surco de mis ojeras está mucho más rellenas, sino que sí se ha eliminado muchísimo el tono morado que era habitual en ellas (sigo teniendo algo pero ahora sí que soy capaz de cubrirlo con un antiojeras normalito), además se me han atenuado bastante las arrugas que siempre he tenido por la zona del lagrimal, y todo de una forma muy natural. Es como que se te ilumina la mirada y consigues, en conjunto, tener mucha mejor cara.

Eso sí, deciros que no tuve ningún tipo de secuela, ni un mísero hematoma, ni una marca. Obviamente según salí se me notaban los dos pinchacitos, pero en muy poco tiempo (un par de horas) desaparecieron por completo.

Sin duda, se trata de un tratamiento con el que conseguir grandes resultados de forma inmediata y del que no te arrepientes y que aconsejo plenamente.

Por supuesto, para todo este tipo de tratamientos, siempre es importante contar con profesionales que sepan lo que hacen y que, además, den importancia al factor humano, que sepan calmar nervios, de ser pacientes y ser capaces de apaciguarnos, lo cual agradezco enormemente a Natalia.

Por todo ello, me parece que ha sido un gran acierto del que no me arrepiento en absoluto y que sé que voy a repetir cuando los efectos se eliminen.

En cuanto al precio de este tratamiento es de unos 400 € y lo podéis encontrar no solo en los Centros Dorsia de Valencia, sino en otros como los de Madrid de la calle Alberto Alcocer 29, entre otros.

El tratamiento fue facilitado para la prueba por Clínicas Dorsia. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas para más información.


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