Arina Miyamoto es una guapa japonesa de 20 años que acaba de conseguir uno de sus sueños, ser elegida para representar a Japón en el certamen de Miss Universo.
Hasta aquí podríamos estar hablando de cualquier Miss que representa a su país, el problema viene cuando entran en juego factores que si bien en un principio puedan parecer irrelevantes, en realidad no lo son tanto. Y es que como habéis podido comprobar los rasgos de esta chica no son tan orientales como se podrían suponer, algo que en el país nipón no ha sentado nada bien.
Arina es procedente de Nagasaki donde ha nacido y crecido, hija de madre japonesa y padre afroamericano concretamente de USA, lo que en Japón viene a denominarse como hafu, un término que se utiliza para las personas birraciales.
No debemos olvidar que en Japón el 98% de la población es de ascendencia japonesa siendo solo un 2% de otras etnias, por lo que queda claro que la multirracialidad no es un concepto que se haya instalado en este país.
Además de sus rasgos, la tez morena de Ariana tampoco es algo con lo que las japonesas se sientan identificadas. Hay que tener en cuenta que los estándares de belleza en Japón son bastante diferentes a los de otros lugares. Por ejemplo, de sobra es conocido que las japonesas tienen como sinónimo de piel perfecta una piel cuanto más blanca mejor, de hecho en el mercado nipón existen gran cantidad de productos de belleza enfocados a este fin, probablemente más que en ninguna otra parte del mundo.
Arina ha tenido que soportar duras críticas por no parecer cien por cien japonesa, un hecho lamentable, tal como demuestran algunos de los comentarios que se han encontrado por las redes sociales: “sería mejor una belleza de pura sangre” o “No es suficientemente japonesa”.
Afortunadamente también ha habido numerosos mensajes de apoyo, conscientes de que al fin y al cabo se trata de una japonesa que ama a su país, más allá de su físico.
De hecho la propia protagonista ha intentado quitar hierro al asunto, consciente de la polémica: “incluso si eres hafu, mientras tengas la ciudadanía japonesa eres japonesa” y eso es lo único que tiene que importar.
Sea como fuere desde luego esta elección puede ser un antes y un después, todo un paso hacia una nueva visión de otras bellezas, sabiendo que cada vez más las culturas son multiraciales.
Vosotras qué opináis sobre esta polémica, ¿que se trata de racismo o simplemente de sentirse identificado con los rasgos característicos de un país?
Fotos | Instagram
Más Información | Deculture, El País
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