La vida es dura: todo es cuestión de trabajo, esfuerzo, constancia... al menos para algunos. Pero si tienes la suerte de ser (o convertirte en) guapa y sexy, según este experimento, la cosa cambia bastante.
Carolyn Owlett nos presenta este curioso experimento que, sinceramente, no sé cuánto tendrá de verdad y cuánto de televisivo. La cantante, modelo y presentadora británica (ahí es nada) decide comprobar si realmente la "gente guapa" lo tiene más fácil en la vida: realiza las mismas acciones pidiendo un taxi, una copa o un helado gratis, primero arreglada y vestida de forma sexy y después sin maquillar y con ropa "de andar por casa". Y esto fue lo que pasó.
Por lo visto ser sexy te puede conseguir muchas cosas gratis, cosas que no te ofrecerían si fueras desarreglada. Ojo, porque no sólo se limita a un cambio físico, sino que también realiza un cambio de actitud: la forma en la que pide las cosas cuando va sexy no tiene nada que ver con cómo lo hace al ir de chándal, que me parece desacertada e incluso algo irritante.
De todas formas, ¿qué es lo que consigue gratis? ¿Un helado? ¿Esto sería extrapolable, por ejemplo, a conseguir un puesto de trabajo? Porque un helado me da lo mismo, pero un trabajo o un crédito en un banco, por ejemplo, pues ya me escama un poco más.
Obtener ventajas según nuestra apariencia no es algo que debiera pasar, pero a la vista está que sí que sucede. ¿Es la actitud? ¿Es la belleza? ¿Es el conjunto de todo? Parece que el dicho de "por tu cara bonita" sí que funciona.
¿Qué opináis vosotras? ¿Nos contáis vuestras experiencias?
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