Cuando tomamos el sol en exceso o sin protección, nos suelen salir manchitas en las manos, brazos y nariz. Estas manchitas las confundimos con pecas pero tienen nombre propio son los "léntigos solares". Es un problema de hiperpigmentación de la piel, son redondos y de bordes bien definidos.
Muchas veces nos protegemos con productos solares solo en los lugares que creemos que nos da el sol directo, y no nos acordamos que en situaciones diarias y cotidianas nos da igual o en mayor medida. Mi ejemplo es sencillo, empujo durante horas el carrito del niño y la parte exterior de la mano en el manillar está al sol, da igual que sea verano o invierno, la mayoría de las veces por no decir casi todas, en las manos me echo crema pero sin protección.
Un truco que mitiga los léntigos solares es tratarlos con leche y limón, solo tienes que sumergir las manos en un recipiente donde hayas echado dos vasos de leche caliente y el zumo de un limón. Mantenlas sumergidas unos 10/15 minutos y enjuaga con agua fresquita e hidrátalas. Este truco también hace efecto, pero menos, si te lo aplicas con un algodón en brazos y hombros.