Empezamos el mes de julio y las pieles con problemas de manchas a causa del sol ya están sufriendo. Las más previsoras ya llevamos la protección alta cada día, aplicada antes de salir de casa como tratamiento habitual de día. Algunas empiezan ahora porque sienten el sol de verano más fuerte: más vale tarde que nunca.
¿Es todo lo puedes hacer por la uniformidad de tu piel? ¿Puedes hacer algo más para que las manchas sean menos visibles? Sí, pero estoy segura que no quieres oirlo. Lo digo porque es algo que digo y repito a cantidad de amigas y conocidas pero la verdadera solución no les gusta: la verdad duele.
Esa verdad verdadera es que no le puede dar el sol en la piel manchada. No puedes exponer tu cara al sol, aunque apliques la protección 50+. Añade una toalla de invitados o una gorra en tu bolso de la playa porque es lo que debes llevar en la cara cuando te tumbes al sol: es la pantalla toalla.
Yo no voy a menudo a tomar el sol. Cuando voy, me llevo mi toalla de palmo cuadrado para ponerla sobre el rostro si tomo el sol de caras. Si me tumbo de espalda, sigue colocada sobre la cabeza para que cubra la mejilla que queda expuesta. ¿Exagerada? No, ni una pizca.
A las pieles con manchas ya se les revoluciona esa melanina subversiva con sólo el aire de verano. Pasando por la sombra o sentada en una terraza de bar, sin que te de el sol, ya salen las manchas. Imagínate ir con la cara descubierta a mediodía sin gorra o sin protector solar de alto índice con los rayos apuntando directamente a la cara: fatal.
Es duro pero es así. No puedes tomar el sol como las demás pero debes decidir: ¿quieres una piel menos manchada o quieres estar morena?. Ambas cosas no son posible. Aunque para eso se inventaron los polvos bronceadores: esa es la solución.
Foto | Brave Heart
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