Hace un frío tremendo, todo abrigo, gorro o bufanda me parece poco a la hora de salir a la calle. Así, una vez abrigada me miro y veo los dos puntos más indefensos de mi anatomía en invierno: el rostro y las manos. Sé que el primero, pese a estar descubierto corre toda suerte de mimos por mi parte: suero, crema, protector solar, base de maquillaje…, pero en el caso de las manos, sufro ese comportamiento que sé muchas también acusáis, me cuesta un poco cuidarlas.
Ya sabemos, las cremas de manos nos dejan sensación grasa, suelen incordiarnos, efecto frío en la calle, y acabamos por no encontrar un buen momento para aplicarlas, disculpando al final su cuidado. Para colmo, la mayoría de nosotras sabemos que el resultado de su atención no resulta tan inmediato como el del rostro, ojos o cabello. Y es que las manos necesitan constancia, igual de constante que es su exposición a toda clase de agentes externos y circunstancias desfavorables para su piel. ¿Mejoramos su atención?
Para tener presente
Jabón, detergente, sol, frío… las manos siempre están expuestas, y pocas veces llevamos una rutina de cuidado hacia ellas. El resultado suele ser un envejecimiento prematuro y progresivo, falta de hidratación y manchas. La buena noticia es que son muy agradecidas, y solo una mínima constancia, hace que su aspecto cambie por completo. Eso sí, una sola aplicación de crema no vale para conseguir resultados profundos y a largo plazo, puede que ese efecto deseado sí, pero no un verdadero resultado.
Para conseguirlo hay que recurrir a la crema todos los días y en más de una ocasión. ¿Lo ideal? Siempre después de lavar las manos, exponerlas a un jabón o detergente y al menos 3 veces al día. De esta manera estaremos realizando un tratamiento de verdadera hidratación y nutrición, un intensivo que las mejorará por completo, aportando una verdadera flexibilidad, firmeza en la piel, y una menor apariencia de las finísimas arruguitas que parecen en su dorso a causa de la sequedad.
Cremas hay muchas, pero os aconsejo las que contienen en su fórmula ácido hialurónico y vitaminas antioxidantes. Si además incluyen factor de protección solar, el tratamiento incluirá prevención frente a futuras manchas.
¿Aparecieron las manchas?
¿Las estás mirando y ves que es demasiado tarde? ¿Han aparecido manchas solares? ¿No las protegiste como era debido los pasados veranos? No, desesperes, si te molestan, puedes llevar a cabo en el futuro un tratamiento de IPL, luz pulsada, que las hará desaparecer.
Un consejo: antes de tomar la decisión y hacer la inversión, deberías adquirir el compromiso interno de no volver a caer en el mismo descuido, a la hora de tomar el sol y en adelante aplicar el factor de protección tanto en verano como el resto del año. Aunque te parezca que no calienta, su radiación está ahí, presente todos los días. Tus manos a la intemperie, también todos los días. Recuerda que para evitar su envejecimiento lo más importante es evitar la exposición solar excesiva y proteger siempre.
Renovar
Exfoliar las manos una vez por semana, es un práctica muy beneficiosa que da excelente resultado. Elimina células muertas, limpia en profundidad y deja ver una piel luminosa y más suave. Cuando lo hayas hecho, aplica tu crema habitual.
Para renovar, puedes elegir entre un exfoliante específico para esta zona, bien el corporal que utilices o en su caso, la del rostro. Eso sí, hazlo siempre masajeando con suavidad y mimo.
La estética es importante
En cuanto a las cutículas, si puedes evitar cortarlas y solo retirarlas, siempre es más aconsejable. Hidratárlas con un aceite especifico suaviza y disimula muchísimo su aspecto.
Pintar las uñas siempre las realza y las convierte, cuando las manos están cuidadas, en un punto muy favorecedor. Recuerda que las manos van constantemente hacia la cara, en multitud de gestos, al hablar, comer…, si tienen un color que te favorece y un aspecto bonito, resultarán una herramienta de belleza extraordinaria, además a ti te encantará verlas así. ¿Quieres probar la diferencia? Seguro que el resultado te va a gustar.
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