No sé qué haría sin mis amigas voluntarias que me dejan airear los trapos sucios en Arrebatadora como esta estantería de productos, el caos cosmético por excelencia. Aunque a este paso me voy a quedar sin amigas, este jaleo de tarros y cremas no puede ser.
No sólo porque entra un invitado/a en casa y se lleva una idea negativa por el desorden sino porque estás cuidando mal tu inversión en belleza. Empecemos por arriba, donde están los discos de algodón. A mí también me gusta tener las dos medidas: pequeña y grande. La primera para desmaquillar los ojos, la segunda para el resto del rostro. Demak-up es mi marca favorita con diferencia salvo el Duo +.
¿Qué hará ese gel after-sun de aloe vera ahí? Si le ha dado una segunda utilidad como leche corporal para después de la ducha, perfecto. En caso contrario, estaría mucho mejor guardado en un lugar sin luz y sin humedad como es el cuarto de baño. El mismo consejo va para ese envase color naranja con spray que se ve tras la caja de bastoncillos de algodón: me apuesto un serum a que es un producto solar.
Hablando de los bastoncillos de algodón, en esa cajita abierta todo el día va a entrar polvo, pelos y todo lo que no vemos como suciedad y que está ahí aunque no lo veamos. Mucho mejor cerrarla para mantenerlos en mejores condiciones. Si además tenéis la piel sensible, doblemente necesario: cuanto más protegido del ambiente, mucho mejor.
Algo positivo y que no se encuentra en todas las estanterías de belleza en casa es que todos los productos llevan su tapón. Si dejáis productos líquidos como el desmaquillante de ojos o el tónico sin tapar, perdéis producto por evaporación además de dejar entrar suciedad en el envase. En productos como lacas o cualquier airless, no es tan necesario: el envase ya garantiza su protección.
En la estantería inferior reina el mismo caos. Si no colocas los envases pequeños delante y los más grandes detrás, ¿cómo vas a verlos? Si ya vamos a toda prisa por las mañanas para no olvidarnos de un paso en nuestra rutina cosmética diaria, tenerlo desordenado no ayuda precisamente.
En la estantería superior hay productos de cuidados corporales: son grandes y puede que no los utilices a diario. ¡Pues bájalos a la estantería inferior! Allí veo un maquillaje de Dior y un tarro de tratamiento de Guerlain (cotilleo: dentro no es producto Guerlain pero le gustó tanto el tarro que lo rellenó de otra crema, cosa que también hago). Bien, esos dos productos mejor subierlos de estantería: estarán más a mano ya que los utilizarás cada día y en el mismo momento de tu rutina: base hidratante y maquillaje fluído. Junto al desodorante Keops en roll-on estarían bien colocados.
Detrás del maquillaje Dior (muy bueno, por cierto) hay una botella en el fondo que apuesto esta vez un contorno de ojos a que es un tónico o un agua micelar: el líquido es transparente. Puede que esté ahí por error pero ahí se va a quedar como no lo coloque en la estantería de arriba, donde tiene más productos de limpieza.
Es muy tentador empezar un producto nuevo pero el que está a punto de acabarse hay que terminarlo. Primero porque debe hacer meses que está abierto y va a caducar pronto. Y segundo, por no malgastarlo: primero acaba el viejo y luego empieza el nuevo. Si te da pereza, mejor regálalo a una amiga antes de dejarlo ahí un mes más y tirarlo porque sabes que no lo vas a utilizar más.
Creo que os servirán estos consejos para que vuestros cosméticos estén mejor ordenados y no se os estropeen (y ahora ya me odiáis tanto como mis amigas). Mensaje a mi amiga: con la misma confianza, ahora puedes entrar en el caos de mi cuarto de baño (ah, sí, yo también lo tengo, no lo dudéis) y criticarme como lo he hecho yo. Siempre constructivamente, por supuesto. ¡Qué peligro!
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