Como supongo la mayoría ya sabéis a estas alturas, es que hoy 8 de abril, Sara Montiel ha muerto a sus 85 años en su casa de Madrid. El caso es que, como no podía ser de otra forma, aquí en Trendencias Belleza también queremos brindar un especial homenaje a una de las grandes divas que hemos tenido en nuestro país y a su belleza. Así que veamos algunas de esas imágenes que marcaron una época.
Qué duda cabe que Sara Montiel, o mejor dicho María Antonia Abad Fernández (por acortar, ya que tenía más nombres), esa niña que nació en Campo de Criptana, Ciudad Real, y que siempre tuvo claro que quería ser artista, ya desde muy joven demostró una belleza indiscutible.
En su juventud e inicios en el mundo del cine allá por los años 40 y 50, dejaron una Sara maravillosa, de esas que levantaba pasiones y no dejaba indiferente a nadie.
Con su salto a Hollywood, Sara triunfó por completo, tanto que por aquellas lindes se la llamaba la Marilyn Morena. Y es que supo conquistar a todo el que se le puso por delante, público, actores... Contar sus anécdotas de los rodajes con Gary Cooper y cómo conoció a James Dean era algo que le encantaba, y os lo digo yo que tuve la suerte de conocerla en persona y de oír alguna de esas anécdotas de los interminables rodajes y delas manías de cada cual.
Una auténtica diva que vivió cada época con los looks propios de cada momento.
Sin duda, algo que tenemos que remarcar de los maquillajes de Sara han sido sus ojos. Y es que la actriz y cantante, siempre ha resaltado sus ojos. Siempre ha sido una persona muy coqueta y sabía que el maquillaje era un gran aliado.
Por ello, con el paso de los años, la hemos visto con muchos peinados, pelucas, coletas, moños... todo, y con sombras de ojos de lo más peculiares. Sus ojos han sido los protagonistas, así como sus carnosos labios y, últimamente, su pasión fueron las uñas larguísimas de mil colores.
Siempre sensual, hasta las últimas consecuencias, con su puro y entonando el mítico 'Fumando Espero', Sara se labró una carrera meteórica, llena de triunfos y algún que otro bache, porque quién no recuerda algún que otro episodio un tanto dantesco de su vida privada, pero es que ella era así, una diva que todo se lo podía permitir.
Desde luego, allá donde estés estoy segura que seguirás fumando, tomándote una buena copa y riéndote entre amigos contando anécdotas. Hasta siempre Saritísima.
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