Con toda la gran cantidad de información que nos llega en el mundo de la belleza, a veces se hace difícil distinguir términos básicos como tipo de piel y condición de piel. Es importante saber la diferencia para poder escoger el cosmético que mejor se adapte a las necesidades de la piel.
No sólo para el tipo de piel sino para la condición de piel, es decir, la necesidad añadida de un momento determinado de nuestra vida. Un claro ejemplo es la piel sensible: no es un tipo de piel, es una condición. Os lo explico más en detalle.
Los tipos de piel son los que conocemos como: normal, seca, grasa y mixta. Es el tipo de piel que caracteriza nuestro cutis, no pasamos de un tipo a otro fácilmente. Por decirlo de alguna manera, el tipo de piel es el fijo, permite pocas variaciones. Solamente al cabo del tiempo, con el paso de los años, la piel cambia casi siempre a seca porque con el envejecimiento cutáneo vamos perdiendo los lípidos.
Otro cambio que puede alterar excepcionalmente nuestro tipo de piel es un gran cambio hormonal como es un embarazo. Cuántas madres tenían la piel mixta-grasa antes del embarazo y, tras dar a luz, ¡sorpresa! presentan todas las características de una piel seca. Y en sentido inverso, también. El caso de una persona de mi familia que tenía una piel seca pasó a tener una piel más bien normal con tendencia a mixta. Todos los ejemplos son para tipo de piel.
Hablemos de las distintas condiciones de piel. La condición de piel es un paréntesis, un problema que no se presenta siempre como son los granitos, el estrés, la asfixia de la piel. Son problemas que han sido adquiridos y que suelen necesitar una cosmética específica para solucionarlo o controlarlo. Un tratamiento anti-acné o fluído regulador, cremas con oxígeno o Vitamina C.
La condición más temible para algunas de vosotras es la sensibilidad de la piel: las rojeces en las mejillas, la tirantez, el picor que provocan los cambios de temperatura ambiente. Todo ello son condiciones de la piel. Pueden presentarse durante periodos concretos del año, el resto de meses desaparece.
Es bueno tener claro la diferencia a la hora de elegir vuestra rutina cosmética, por eso no tiene por qué ser siempre la misma. La piel añade o resta necesidades concretas que puedes colmar según vayan surgiendo.
Foto | Corie Howell, teresawer En Trendencias Belleza | Las pieles grasas no deberían necesitar un cosmético antiarrugas hasta la edad madura, La evolución de mi piel mixta de los 25 a los 40 años