Buscando ideas y asesoramiento para sorprender a Kim Kardashian en la celebración de su segundo aniversario de bodas, el rapero Kanye West fue a visitar a su buena amiga, la joyera Lorraine Schwartz.
Lorraine le convenció de que Kim se merecía de lo bueno lo mejor, por lo que le sugirió cambiar el anillo de pedida que la regaló cuando se prometieron formado por diamante de 15 quilates por otro solitario de mayor tamaño.
Sí, sí habéis oído bien. El nuevo diamante de 20 quilates tiene una talla esmeralda y no tiene ni una sola imperfección algo que lo convierte en una pieza excepcional de gran valor. Para que os hagáis una idea, sólo un 2% de todos los diamantes del mundo pueden presumir de semejante calidad.
La piedra en cuestión está engastada sobre un fino anillo también incrustado con pequeños diamantes. El precio del nuevo caprichito es de… ¡10 millones de dólares! Algo extraño porque desde que tuvo lugar la presentación de su nuevo disco TLOP, el macro desfile de su línea Yeezy3 y la presentación de su nuevo vídeo-juego en el Madison Square Garden de NY Kanye West no ha parado de mandar tuits recordando a la peña que está endeudado hasta las cejas (por lo visto, 53 millones de dólares).
La primera vez que se vio lucir a Kim su nuevo pedrusco fue durante la gala de los MTV Video Music Awards el pasado fin de semana, pero el modelito transparentoso y mini que llevaba de Galliano impidieron que nos fijáramos en él. Pero, desde entonces, no se lo ha vuelto a quitar.
Fotos | Gtres
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