Desde que estalló el Caso Noòs, el vínculo que unía a Felipe con su hermana Cristina está roto. Se acabaron las cenas en Zarzuela, las vacaciones en Marivent y los inviernos en Baqueira. El rey y la infanta no comparten escenario público y, al parecer, tampoco hay contacto en el ámbito privado. Según Pilar Eyre, "Felipe no perdona a su hermana".
Cuando doña Cristina fue llamada a declarar, todo cambió. Las puertas de palacio se cerraron para ella y su familia. Felipe y Letizia debían blindarse para proteger el trono que heredará Leonor y la fórmula era clara: contacto cero con Iñaki, Cristina y sus cuatro hijos. Cualquier vinculación con el escándalo era peligrosa.
Ahora, con Iñaki en la calle y la infanta divorciada, las cosas no parecen haber cambiado. Cristina lucha por recuperar su posición en la Corona y se acerca tímidamente a su hermano, pero la respuesta del monarca resulta evidente: evita el contacto, al menos, el público.
La infanta Cristina sale del juzgado
"Felipe y su hermana Cristina no se saludaron en el acto de entrega de las becas de La Caixa del pasado miércoles. No se saludaron ni se miraron siquiera, a pesar de que estaban a pocos metros el uno del otro... La grieta es demasiado grande, el dolor causado difícil de perdonar", asegura Eyre en las páginas de Lecturas.
La periodista echa la vista atrás y recuerda cómo la infanta se convirtió en "una apestada" cuando estalló el Caso Noòs y "tuvo que pasar las etapas de su particular viacrucis totalmente sola, sin el apoyo de nadie, porque todos temían disgustar a los reyes...", explica.
Fotos | TVP / Casa Real de España
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