A sus 67 años, Isabel Pantoja es la tonadillera más cotizada de nuestro país. Su voz es un delirio, su vida un tormento y su realidad una eterna incógnita. Nada en al vida de Pantoja es usual, común, mundano. Ella es un ser especial que vive y morirá al son de la copla más doliente. Isabel, la eterna viuda de España, nos ha regalado los titulares más jugosos de la historia.
Desde su matrimonio con Paquirri, la vida de la cantante ha sido siempre portada. No hay un solo movimiento de Isabel que no haya estado perseguido por los medios, y no es para menos. La hija de la difunta doña Ana ha vivido todo tipo de situaciones: amistades especiales, amores delictivos y largas noches en prisión.
Una de las más llamativas amistades de Isabel fue María del Monte. Durante años se especuló con una posible relación amorosa pero ninguna de ellas confirmó aquello. La pequeña Isabelita, conocida entonces como Chabelita, fue adoptada en esa época y María fue como una madre para ella. Por motivos desconocidos, la relación entre las cantantes se rompió de la noche a la mañana.
María del Monte e Isabel Pantoja
Entre las causas de dicha ruptura podría situarse otra mujer. Al parecer, la conocida locutora de radio Encarna Sánchez pudo acabar con lo que existía entre Isabel y María. Los medios hablaron en aquella época de un "triángulo mortal", tal y como recuerda La Razón, y solo las protagonistas conocen lo ocurrido.
Isabel Pantoja y Encarna Sánchez
Entre las mujeres que se colaron en la vida de Pantoja también estuvo Chelo García Cortés. Se acercó a Isabel en su labor como periodista y consiguió hacerse un hueco en Cantora. "Yo la he querido mucho porque ella ha sido una gran amiga mía. La quiere toda mi familia, mi madre, mis hermanos, mi hija, mi hijo. Chelo comía en mi casa todos los días porque estaba solita y eso no se puede olvidar...", comentó Isabel en su paso por 'Supervivientes'.
Isabel y Chelo en Supervivientes
Otra de las féminas que ocupó un lugar especial en el corazón de la cantante fue Dulce Lapiedra. Cuidadora, ama de llaves, cocinera y limpiadora de la finca que Isabel heredó de Paquirri, Dulce se convirtió en un miembro de la familia. Kiko y Chabelita la adoraban e Isabel llegó desear un futuro a su lado. "Me dijo que quería envejecer conmigo", confesó la empleada en Lecturas.
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