Por fin la princesa Magdalena ha logrado su objetivo: regresar a la Suecia que tanto adora. Y su trabajito le ha costado. Recordemos que fue el año pasado cuando la Casa Real anunciaba su retorno, el cual se ha visto pospuesto en varias ocasiones por lo complicado que le ha resultado a la royal vender el casoplón donde reside con su familia en Florida.
No entendemos por qué Magdalena no dispone de una película protagonizada, por ejemplo, por Anne Hathaway. Vale, no se parecen en nada, pero la actriz es la princesa (por sorpresa) oficial del mundo entero. Ahora, la sueca lleva una vida tranquila junto a su marido Chris O'Neill y sus tres hijos, pero no siempre fue así ni de lejos. Atento/a, que lo que se viene es fuertecito.
Una princesa a la fuga
Me refiero a que ha pasado más de una década desde que Magdalena sufriera una sonada ruptura amorosa con el abogado Jonas Bergström, cuya separación se hizo pública en 2010 tras ocho años de relación y un anillo de compromiso. El motivo de este fiasco amoroso vino de que el letrado le fue infiel a su prometida con la jugadora de balonmano Tora Uppstrøm Berg, provocando que la princesa se marchara a Nueva York para alejarse del huracán mediático.
¿Le favoreció el cambio de aires? Más de lo que ella se podía imaginar. Hago alusión a que fue en la ciudad 'que nunca duerme' donde Cupido cruzó los caminos de Magdalena y O'Neill, con el que se casaba en 2013 y capitanea una familia que completan los tres hijos que comparten: Leonore, Nicolas y Adrienne. Todos residen en al sur de Miami, en una vivienda de lujo ubicada en Pinecrest. Eso sí, tienen los días contados en el territorio de los morenos caribeños.
Regreso a Suecia
Pese a que O'Neill NO desea marcharse, puesto que en Miami ha encontrado la paz y la tranquilidad que anhelaba, Magdalena desea recuperar la ajetreada actividad que una vez marcó sus quehaceres en Suecia. Sin embargo, el matrimonio ha derramado sangre, sudor y billetes en el proceso de retorno, después de que tuvieran que rebajar en varias ocasiones el precio por el que vendían su hogar.
Cabe destacar que la pareja se agenció de la casa por un precio de 30 millones de coronas suecas. Es decir, 2,6 millones de euros. Y la han puesto en venta por 79 millones de coronas (aproximadamente 7 millones de euros). Cantidad que se han visto obligados a reducir a 77 millones de coronas y, a posteriori, 72,2 millones (unos 6,2 millones de euros), siendo éste el precio final con el que habrían encontrado un comprador interesado.
Fotos | Instagram de @princess_madeleine_of_sweden
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