Después de cuatro días seguidos en Ifema (recinto ferial donde se celebra la "glamurosa" semana de la moda de Madrid) uno espera que llegue ese momento en que la piel se vuelva "de gallina", la lagrimilla esté a punto de saltar y el corazón se sienta más cerca si se puede. Hay ediciones en las que ese instante no se da pero en esta ha llegado gracias a la magia de Jorge Vázquez y su espectacular colección.
El backstage estaba lleno de plantas tropicales desde hace días y desde el minuto 1 pensé que eran de Jorge. Su exquisito gusto decorativo y amor por las flores eran pistas suficientes para descubrirlo pero cuando realmente he entrado en la pasarela y me he topado con cuatro centros florales de tamaño gigante me he quedado sin palabras. Por no hablar de la moqueta personalizada con el estampado de la colección (muy Delpozo, todo hay que decirlo) que cubría el suelo, una auténtica maravilla.
Las modelos iban desfilando en forma de "S" y así se iban cruzando unas con otras y atravesando el bosque del estilo en el que se ha convertido el desfile. Así han comenzado a mostrar las prendas de la colección, sublimes vestidos de encaje de tres tonos diferentes, chaquetas de tweed, el terciopelo con más movimiento que he visto en mi vida, estampados sensacionales por todas partes y unos vestidos de tul con diferentes bordados que cortaban la respiración.
Una colección que ha pasado del día a la noche de manera exquisita**, con** detalles típicos de la firma y un total look general muy bien conseguidos. El ritmo de las modelos también era el adecuado y la puesta en escena brutal. Es por esto que las reminiscencias a mis querido: Gucci, Valentino y Delpozo se hayan quedado en un segundo plano porque ha sido un clarísimo merecedor del premio L'Oreal París a la mejor colección de esta temporada. ¡Enhorabuena Jorge!
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