Gwyneth Paltrow le dio el pistoletazo de salida a la tendencia más explícita de este otoño/invierno: hacer de la lencería una prenda de cara a la galería. Y otras como Margherita Missoni, enfundada en un body transparente que deja a la vista lo que algunos no considerarán digno de ver, se han apuntado sin pudor al carro de la insinuación. Se acabó eso de que la ropa interior sea una cuestión íntima y personal, esta temporada lo de dentro sale fuera, eso sí, hay que tener mucho cuidado con no pasarse de la raya.
Y es que no todo vale. Que las prendas íntimas se conviertan en prendas de calle no significa que enseñar sin pudor sea el comodín del público, no se trata de que se vea el sujetador adrede sino de hacer de las piezas de la más delicada corsetería el mejor aliado de día y de noche.
El encaje es la versión modosa, pero su prima hermana "la fresca": la blonda, viene pegando muy fuerte.
Y lo hace en sutiles camisas como ésta firmada por Riccardo Tisci para Givenchy.
O descarados vestidos como este de Balmain.