Las sillas que ha desarrollado el artista Jongha Choi nos han dejado completamente locos. Sabíamos que existían las sillas plegables desde hace años, pero nunca habíamos visto unas que pudieran pasar de las tres dimensiones a las dos en tan sólo un movimiento y de una manera tan divertida. ¿El resultado? Unas piezas de mobiliario que no ocupan nada de espacio y puedes colgar de un muro en la pared cuando no las usas.
Nunca se sabe de dónde van a surgir las buenas ideas. A Jongha Choi esta idea en concreto surgió un día cuando estaba buscando en Google imágenes de sillas, dio con una en especial y se preguntó cómo la gente interpretaría en dos dimensiones representaciones de esos mismos objetos en tres. De ahí a pensar en cómo "de-dimensionar" un objeto hubo un paso.
Para conseguir su objetivo Choi estudió a fondo libros de pop-up (sí, los que leemos a los más pequeños) y consultó con mecánicos para diseñar la silla de sus sueños. Primero, trabajó en prototipos de papel y más tarde comenzó a trabajar en sillas realizadas en un material metálico, con la suficiente fortaleza como para aguantar el peso de una persona. El resultado es espectacular: bonito y la mar de práctico.
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