Saber si un niño tiene altas capacidades o no, no es algo sencillo. Existen pruebas y evaluaciones que un profesional debe hacer para saber si eso que hemos detectado en nuestro hijo es un síntoma o una señal de altas capacidades u otra cosa. Como define la National Association for Gifted Children (NAGC), una entidad con más de 70 años de experiencia, los niños son superdotados cuando su capacidad es significativamente superior a la norma para su edad. Es lo que ahora se conoce como tener altas capacidades intelectuales (ACI) y pueden presentarse en diferentes esferas que van desde áreas específicas como matemáticas, lengua y literatura o ciencias, a tener habilidades intelectuales, musicales y un largo etcétera.
Aunque la mayoría de los niños con altas capacidades pueden aprender y procesar información más rápido que los niños de su edad, las señales de su talento no siempre son las mismas. Es más, según la neurociencia y la psicología, las altas capacidades se manifiestan de una forma diferente en cada niño y no en todas las ocasiones se traduce en que saquen buenas notas. Hay algunas señales que no esperarías.
Tienen un desarrollo asincrónico
El desarrollo asíncrono, hace referencia a un desequilibrio o discrepancia en el desarrollo de diferentes áreas. Es decir, el desarrollo no se produce de forma unificada, sino que en unas áreas es más rápido que en otras y por eso es posible que muestre habilidades excepcionales en el desarrollo cognitivo y que tenga dificultades en el desarrollo motriz y por eso le cueste tanto atarse los cordones, por ponerte un ejemplo. Esta es una señal común en los niños con altas capacidades como bien explica la doctora Barbara Klein. “Los niveles de madurez entre un talento excepcional y las habilidades sociales se superponen a diferentes ritmos y crean problemas de aprendizaje”.
Un niño de siete años podría ser capaz de comprender los problemas abstractos e intelectuales de un niño de diez años, pero emocionalmente tener la madurez es la de un niño de cinco años. La experta explica que esa discrepancia en sus capacidades “crea confusión” y se pueden volver algo inseguros en las situaciones que no dominan.
Reflexionan sobre cuestiones existenciales
La curiosidad es una señal común a los niños con altas capacidades. Pero lo que quizá no sabes es que esa curiosidad es especialmente sobre los aspectos existenciales de la vida. Cuando son pequeños, se preocupan por las injusticias, el cambio climático o se hacen preguntas sobre la muerte, la vida o lo que hay cuando todo termina. Una película, por ejemplo, puede impulsarlos a plantearse preguntas que los niños de su edad no suelen tener, por ejemplo qué ocurre cuando morimos, porque hay pobreza o por qué suceden cosas malas en el mundo.
Según la psicóloga Teresa Navarro, “los niños con altas capacidades muestran un nivel más profundo de reflexión y pensamiento abstracto que los compañeros de su edad”, y es justo esto lo que provoca que “muestren cierta sensibilidad e interés hacia temas existenciales y/o abstractos relacionados con la vida, la muerte, la libertad, el sentido vital…” Son niños que reflexionan y se cuestionan temas que parecen no estar en sintonía con el desarrollo esperado para su edad.
Tienen una gran sensibilidad y profundidad emocional
Los neurocientíficos sugieren que los niños que presentan ACI, experimentan reacciones emocionales más intensas al mundo que los rodea. Es decir, presentan una mayor sensibilidad a todo lo que les rodea. Por eso podría costarles ver un programa en el que alguien sufre, o se frustran y decepcionan cuando sienten que una situación es injusta. Es algo que podría estar directamente relacionado con el desarrollo asincrónico, porque sienten emociones muy grandes pero aún no cuentan con las habilidades de regulación emocional necesarias para gestionarlas, lo que se puede traducir en ataques de ira, momentos de colapso emocional o estrés.
Tienen un bajo rendimiento escolar
En este programa de RTVE de ‘Redes’, que presentaba el divulgador Eduardo Punset, ya se analizaba a través de entrevistas con diferentes expertos las aparentes contradicciones entre ACI y el rendimiento escolar. Cuando hablamos de un bajo rendimiento escolar lo hacemos de un rendimiento está por debajo de lo que se espera de un niño según su desarrollo. Se estima que un 12% de los estudiantes con altas capacidades tienen un proceso de bajo rendimiento a lo largo de su carrera académica. Como explica el catedrático Javier Tourón, “para aquellos con altas capacidades, la falta de estímulo puede, con frecuencia, conducir al aburrimiento, frustración o, peor aún, a la pérdida de su pasión por aprender”, y que eso se traduzca en un bajo rendimiento académico.
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