Hace un tiempo, un estudio encontró que muchos padres podrían verse reflejados en un grupo muy particular. Si te reconocías en una serie de patrones y hábitos podrías ser un padre narcisista y perjudicar el futuro de tus hijos sin saberlo. De hecho, una experta explicaba que este tipo de padres siempre tendrá un hijo favorito. Sorprendentemente, un nuevo macro estudio parece ampliar, y de qué manera, este grupo. En realidad, todos los padres tienen un hijo favorito.
El estudio. Un nuevo estudio dirigido por Alex Jensen, profesor asociado de la Universidad Brigham Young, ha profundizado en un tema delicado pero común en las familias: el trato diferencial de los padres hacia sus hijos. A pesar de que la mayoría de los padres niegan tener un hijo favorito, los hallazgos revelan patrones claros de favoritismo influenciados por el género, el orden de nacimiento y la personalidad de cada niño.
Cómo se identificó el favoritismo. Dado que pocos padres admitirían tener un hijo favorito, los investigadores utilizaron métodos indirectos para identificar diferencias en el trato entre hermanos. En lugar de preguntar directamente, analizaron aspectos como:
- ¿Con cuál de los hijos experimentan más conflicto los padres?
- ¿Con quién pasan más tiempo?
- ¿A quién muestran más afecto?
- ¿Quién recibe más apoyo académico o financiero?
Luego, las respuestas de los padres se compararon con las percepciones de los hijos, lo que permitió observar patrones consistentes de trato preferencial dentro de las familias.
Quién es el favorito (según los datos). El estudio reveló hallazgos sorprendentes sobre a quién tienden a favorecer los padres. A saber: las hijas son favorecidas con mayor frecuencia. Aunque investigaciones previas sugerían que los padres favorecerían a los hijos varones y las madres a las hijas, los nuevos datos muestran que tanto madres como padres tienden a inclinarse por las hijas.
Hay más. Los hijos mayores tienen más libertad y autonomía, incluso en la adultez. Aunque podría parecer una ventaja lógica debido a su mayor madurez, el estudio encontró que este patrón se mantiene con el tiempo, independientemente de la edad de los hijos. Además, los niños con personalidad más dócil y responsable reciben mejor trato. Aquellos que son más obedientes y organizados tienden a recibir más afecto y apoyo por parte de los padres.
Consecuencias del favoritismo. El estudio incluyó un meta-análisis de 30 investigaciones previas y 14 conjuntos de datos inéditos, con más de 19.000 participantes en América del norte y Europa Occidental, proporcionando una base sólida para las conclusiones. Según los datos, el trato diferencial de los padres puede afectar profundamente el bienestar de los hijos, con consecuencias que persisten hasta la adultez.
Por ejemplo, los hijos menos favorecidos tienden a presentar mayores niveles de ansiedad, depresión y problemas de conducta. También tienen menores probabilidades de asistir a la universidad y reportan menor satisfacción con su vida adulta. En la acera contraria, los hijos favorecidos suelen tener mejor salud mental, menos problemas académicos y mayor éxito educativo. Además, el favoritismo no solo afecta la relación entre padres e hijos, sino también el vínculo entre los hermanos. Según Megan Gilligan, profesora de la Universidad de Missouri, las percepciones de favoritismo pueden influir en la relación entre hermanos durante toda la vida, desde la infancia hasta la vejez.
Qué podemos hacer para cambiarlo. Los investigadores destacan que el favoritismo es común en todas las familias y no debería generar culpa en los padres. Eso sí, proponen una serie de estrategias para mitigar sus efectos negativos:
- Reflexionar sobre la legitimidad del trato diferencial. Algunos niños pueden necesitar más atención por razones objetivas, como necesidades médicas o dificultades académicas. El estudio subraya que lo importante es que los hermanos comprendan estas razones.
- Escuchar a los hijos cuando expresan sentirse tratados de manera injusta. En lugar de negar o justificar automáticamente, es clave abrir el diálogo y validar sus sentimientos.
- Evitar que la culpa interfiera en la crianza. Los errores son inevitables, pero en lugar de centrarse en la culpa, los padres deben enfocarse en mejorar la dinámica familiar.
Según Jensen, lo más importante es que los niños comprendan por qué se les trata de manera diferente y que ese trato no sea arbitrario ni basado en favoritismos injustificados. En definitiva, un trabajo que confirma que no era una leyenda, y que lo que muchas familias sospechaban era cierto: incluso con los hijos, hay tratos preferenciales.
Imagen | Callahag
En Trendencias | Si te reconoces en estos hábitos podrías ser un padre narcisista y perjudicar el futuro de tus hijos sin saberlo
En Trendencias | Cómo reconocer a un misógino: 20 claves que te ayudarán a detectarlo
Entrar y enviar un comentario