Greta Thunberg había previsto viajar de Lisboa a Madrid durante la noche del martes. Sin embargo, ha anunciado que pasará unos días en la ciudad portuguesa "descansando" antes de poner rumbo a la capital de nuestro país, donde estará presente el viernes en la gran manifestación para presionar a los dirigentes reunidos en la Cumbre del Clima.
Para ello ha tenido, primero, que cruzar 6.000 kilómetros de océano en un barco de 15 metros de eslora. La activista se encontraba, desde finales de agosto, en Nueva York para participar en la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático en las Naciones Unidas, donde responsabilizó a los líderes mundiales, en un discurso viral, de que el mundo "se encuentre al inicio de una extinción masiva”.
Desde allí, debía poner rumbo a Chile para la cumbre anual del clima de la ONU. Pero las protestas en el país latinoamericano cambiaron los planes a un mes de celebrarse y la conocida como COP25 se trasladó a Madrid, dejando a Thunberg sin medio de transporte, ya que evita desplazarse en avión para no contribuir a la contaminación del planeta y pensaba asistir a la cumbre de Santiago por vía terrestre.
Fue entonces cuando pidió ayuda en redes sociales y la pareja australiana de youtubers Riley Whitelum y Elayna Carausu acudieron al rescate. Ellos, junto a su bebé, recorren el mundo desde 2014 en su catamarán La Vagabonde. Por último, la navegante de competición británica, Nikki Henderson, se ofreció para pilotarlo. Todos ellos han sido los responsables de traer a Thunberg de vuelta a Europa en un viaje que suponía la segunda vez que la activista cruzaba el Atlántico en un barco de estas características. La primera fue a la ida.
Así ha sido la travesía y su desembarco en Lisboa
A través de Instagram, Greta ha dado testimonio de cómo se iba desarrollando el viaje. En el camarote principal, compartieron buena parte del tiempo, jugando a un juego de dados popular en Suecia, llamado yaztzy, y hablando sobre cómo cambiar el mundo y discutiendo sobre las inclemencias del tiempo. La adolescente ha contado cómo, en el barco, la rutina era siempre la misma y, al final, los días empezaban a mezclarse en uno. Los viajeros siempre se reunían para comer juntos una vez al día y, por supuesto, siempre vegano. El resto del tiempo lo ha empleado en escuchar audiolibros y jugar con el bebé de la familia.
La travesía ha durado 21 días y no ha estado libre de adversidades debido a que el tiempo es peor en esta época del año que en verano. No obstante, ayer sobre la una del mediodía, hora local (una más en España), Greta pisó el muelle del puerto de Lisboa, donde fue recibida como una heroína y pronunció unas breves palabras y respondió las preguntas de los cientos de simpatizantes y decenas de periodistas allí congregados.
Allí, además de aprovechar para pedir a los jóvenes que "no dejen de luchar por su futuro", dijo que haber estado aislada durante tres semanas, con pocas cosas, y en tan poco espacio le ha hecho "desconectar de todo y llegar a tierra es abrumador". Es por ello que ha considerado que necesita tiempo para descansar y pensar. Aunque se siente "con energía para continuar".
Lo que se sabe sobre su estancia en Madrid
De momento, no se ha aclarado ni cómo ni cuando llegará a Madrid, junto a su padre y Nikki Henderson, aunque se creen que lo hará en tren, el medio de transporte en el que ha efectuado la mayoría de sus desplazamientos por Europa y Estados Unidos. Más concretamente, podría hacerlo en uno de los últimos trenes nocturnos de Renfe que quedan activos. No es especialmente rápido. Tarda nueve horas y cinco minutos en hacer el recorrido entre ambas capitales pero, para los activistas climáticos, el tren es preferible al coche.
Mientras tanto, en nuestro país, el Gobierno le ha ofrecido un pequeño dispositivo de seguridad la "acompañe" durante su estancia por tratarse de un "personaje de relevancia". Aunque la policía ha analizado los posibles "riesgos" para su seguridad y por ello el servicio sera "discreto".
Fuentes policiales consultadas por El Periódico han explicado que se trata del protocolo habitual "cuando nos visitan personas con cierta notoriedad y cuya seguridad pueda verse comprometida". De este modo, podría tratarse de una contravigilancia en la que dos funcionarios de paisano acompañen a Greta sin que ella ni siquiera los vea. Aunque la decisión final le corresponde a ella y a su padre Svante Thunberg,
Greta Thunberg es, sin duda, uno de los nombres del año. La adolescente sueca de 16 años se ha convertido en la activista contra el cambio climático más famosa del mundo tras iniciar en agosto del año pasado,una huelga escolar los viernes, que dio lugar a Fridays for Future, el movimiento global que sigue sus pasos.
Este año también ha sido noticia por rechazar un premio mediomabiental dotada con 47.000 euros y otorgado por el Consejo Nórdico, alegando que "el medio ambiente no necesita ningún premio más sino respuestas concretas y rápidas".
Fotos | Instagram Greta Thunberg.
