En pocos años, hemos pasado de querer vivir en una película a querer vivir en una foto. Todo gracias a las redes sociales y los influencers. Porque en una instantánea y con el patrocinio de las marcas es fácil conseguir que la vida real parezca completamente idílica por unos segundos.
Ahora bien, igual que a las modelos se les ponen pinzas en la ropa durante las sesiones de fotos para que las prendas parezcan hechas a medida, en el mundo influencer tampoco es oro todo lo que reluce.
Cuando Dulceida se va una semana con todos los gastos pagados a una isla perdida, en realidad, sigue trabajando. Aunque es cierto que todos preferiríamos trabajar en bikini, bebiendo directamente de un coco y no al lado de una planta artificial de oficina, hay algo detrás de todo lo que nos enseña que no le gustaría que viéramos.
Serían situaciones como las que nos muestra la nueva campaña de Diesel, en la que se cuestiona la supuesta vida perfecta de los influencers e instagrammers. Para ello ha contado con algunos como Jennifer Grace, Amixxa, Ayaxxa Miaya y Bloody Osiris. Pero también con gente anónima para celebrar la sencillez de sus vidas ordinarias.
Diesel ha querido mofarse en sus vídeos de las situaciones complicadas y surrealistas en las que los influencers a menudo se ven envueltos por su trabajo. Lo hace mostrando, en contraposición, la actitud más relajada y espontánea que se pueden permitir tener sus followers. Por eso el lema es "sé un seguidor".
Porque, desde luego, es mucho más divertido hacerte una foto con tu ídolo que pasarte la noche haciéndote fotos con tus fans sin poder bailar. Además, un seguidor puede viajar ligero de equipaje. Con una muda basta, si quiere. No como un influencer, que además de todo su equipo audiovisual, un outfit solo le serviría como mucho medio día (y sufriendo).
Por no hablar de esas prendas tan extravagantes y que quedan tan bien en la alfombra roja pero que son tan poco prácticas. En especial, a la hora de quitártelas. Sobre todo, cuando se tiene prisa.
Y qué decir de lo fría que llega la comida a la boca después de una sesión de fotos en busca del ángulo perfecto.
Por cierto, ¿alguna vez te has parado a pensar en las horas que tienen que dedicarle a la colada con esa cantidad de ropa en el armario?
Desde luego, ¡qué difícil es ser influencer!
Foto: Diesel.