La cena con huevo que parece de restaurante pero hago rápido en el microondas cuando no quiero cocinar

Una receta proteica y con un solo ingrediente en su versión más fácil y rápida

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Como amante, por un lado, del desayuno y, por otro, de las cenas sencillas con huevo, ni que decir tiene que adoro un buen brunch en el que los huevos escalfados sean el plato principal. Durante mucho tiempo, pensé que eran tan complicados de hacer que era mejor reservarme para comerlos en mi restaurante favorito y por un ojo de la cara. Sin embargo, desde que descubrí lo fácil que es prepararlos en el microondas (en lugar de seguir la técnica de escalfado tradicional), se han convertido en una cena recurrente y muy económica. En especial, cuando no tengo ganas de complicarme mucho en la cocina.

Para hacer nuestros huevos escalfados en el microondas necesitamos llenar una taza de agua. Eso sí no la llenes hasta el borde para que no se derrame al echar el huevo.

De hecho, introducir el contenido del huevo es la parte más delicada de esta receta, pues tiene que entrar en el agua sin que se rompa la yema. Así que hazlo despacio y con mucho cuidado.

Una vez en la taza, debe quedar completamente cubierto de agua. Además, antes de meterla en el microondas. también hay que taparla con un plato que sirva de tapadera.

En el microondas, calienta el huevo a baja potencia durante 30 segundos. Pasado este tiempo, saca la taza y observa si la clara ha cuajado. Si no fuera así, vuelve a ponerlo durante otros 10 ó 20 segundos.

huevo benedict microondas Directo al paladar

Repite esta operación todas las veces que sea necesario hasta que la clara esté bien hecha. No obstante, esto tendrás que hacerlo solo la primera vez para descubrir cuántos segundos necesita tu microondas para escalfar el huevo. Después puedes programarlo directamente el tiempo que sea necesario a baja potencia.

Una vez hecho, retira el agua con cuidado de la taza y saca el huevo reposándolo suavemente en una cuchara. Ya lo tienes listo para comer como más te guste: al plato o sobre una tostada con aguacate, queso crema o salmón. También puedes ponerlo sobre una cama de conserva de pisto. Incluso si te gusta prepararlos de salsa holandesa, puedes tenerla previamente hecha en el frigorífico.

Foto de portada | Paul H

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