Estás preparándote la cena y quieres algo rápido y rico, así que optas por una tortilla francesa porque siempre tienes huevos en la nevera y alguna especia con la que tunear esta receta saciante y llena de proteínas. Pero si quieres que tu cena sea ultra esponjosa, usar un tenedor para batir los huevos no es la mejor opción según chefs expertos.
Ya te hemos contado que este chef catalán prefiere usar una cuchara para batir los huevos de la tortilla de patatas y evitar añadir aire a la mezcla para conseguir más cremosidad. Pero si lo queremos es una tortilla con un extra de esponjosidad, el truco es usar algo que meta mucho más aire: la batidora.
Cómo hacer la tortilla más esponjosa del mundo
Si queremos la tortilla más esponjosa del mundo el secreto está en batir muy bien los huevos, tanto que lleguemos al punto de obtener casi una mousse como nos explican los expertos gastronómicos de Directo al Paladar. Lo que vamos a conseguir con la batidora es una mezcla más ligera y esponjosa y en lugar de una tortilla francesa vamos a hacer lo que algunos llaman una "tortilla soufflé" o "tortilla que tiembla". No vamos a batir con la varilla, sino con la batidora de mano de toda la vida. Las cuchillas giran a mucha más velocidad que un tenedor (por muy rápido que batamos a mano) lo que facilita que el aire se integre de manera más uniforme y rápida en los huevos. Es decir, la mezcla termina siendo más aireada y con más burbujas de aire.
Y no hay que hacer nada raro, solo batir con la batidora de mano en lugar de con el tenedor. Cascamos los huevos con normalidad y batimos a una velocidad media hasta que la mezcla esté espumosa y haya duplicado o incluso triplicado su volumen. Para ahí y no sigas batiendo, porque si sigues puedes desestabilizar las proteínas de los huevos y hacer que la tortilla pierda parte de su esponjosidad. Este truco no solo nos sirve para la tortilla francesa, también para la tortilla de patatas e incluso para hacer unos huevos revueltos.
Tenemos la opción de conseguir un extra de esponjosidad si separamos las claras de las yemas y batimos las primeras casi a punto de nieve. Una vez semimontadas, las incorporamos a las yemas que habremos batido con sal.
Pero los secretos no se quedan ahí. Para cuajarla también hay truco: ponemos la “espuma” de huevos en una sartén caliente y dejamos un minuto a fuego medio seguido de cinco minutos a fuego lento y sin mover nada la tortilla. Hay que dejar que cuaje sin moverla. No es una receta de tortilla francesa clásica, cuya máxima es la cremosidad más absoluta, pero esta opción consigue un resultado súper esponjoso.
Fotos | Foto de Elena Kravets en Pexels, amirali mirhashemian en Unsplash
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