Hay ganas de salir. De disfrutar del país, de escapadas de coche, de tren, de avión. De paisajes, de atardeceres en la playa y paseos cerca del mar, de restaurantes, sobremesas y gin tonics. Y si con ese deseo, y con ganas de comer bien, miramos al norte, uno de los lugares que hay que visitar una vez en la vida es San Sebastián. Junto a él, Hondarribia con su playa, sus callejuelas de cuento y Francia al frente.
Hemos viajado hasta allí en las I Jornadas Turísticas de Gastronomía, Moda y Lujo organizadas por Bidibi badibi bu. En un evento que unía moda y gastronomía, conocimos los rincones más instagrameables de Hondarribia, y a los mejores cocineros de la zona. La organizadora del evento, la emprendedora Raquel Benavente, quería presumir del lugar en el que vive y ser embajadora en su tierra. Y lo consiguió. Por supuesto pudimos degustar las mejores creaciones gastronómicas y comprobar el talento del que tanto se habla. De aquí nace esta guía gastronómica para patear la zona y parar en distintos lugares según nos plazca (y subir muchas fotos a las redes).
Hondarribia
Arraunlari Berri
En el paseo marítimo de Hondarribia: cocina de siempre con materia prima extraordinaria y ejecución perfecta. El chef Aitor Amutxastegi. Díscipulo de Arzak, pero ademas hijo de las cocinas de su padre, cocinero de toda la vida hace cocina que se sabe lo que es, sabe a lo que es y se disfruta inmensamente. Aunque pone algún toque de modernidad, continúa manteniendo su esencia clásica y dibujando sabores con recuerdos de antaño. La sopa de Toro, un pescado de la zona, es probablemente la mejor que pruebes nunca. Jaleada por los críticos más exigentes, es el plato que te hará querer volver a este rincón frente al mar. Líquida, pero con una ligera cremosidad, la sirven en bol japonés y con tropezones. El toque que le da el toque moderno es un cangrejo crujiente que eleva el plato a manjar. Perfecta su tarta de queso templada. Hay que preguntar siempre por sus platos fuera de carta porque Aitor siempre va al mercado y trae lo mejor para sus comensales.
Alameda
En Alameda no toca imaginar estrellas michelin porque las luce orgulloso. Dos estrellas para este restaurante a la orilla del Bidasoa que está gestionado por los tres hermanos Txapartegi: Gorka, Kepa y Mikel.
En este caserón hay tradición gastronómica y los hermanos crecieron mirando a su abuela cocinar. Era una casa de comidas hace 75 años y lució su primera estrella hace 20. Hoy los Txapartegi hacen que funcione a la manera que marca la modernidad. Con productos exquisitos de la región y técnicas de alta cocina. Hay que probar sus verduras de temporada y su asado de hongos con yema trufada entre otros platos de su carta.
Sugarri
En el hotel Río Bidasoa se esconde este restaurante gigante. Comida tradicional, de producto de origen. Cada fin de semana ofrece un menú diferente, pero cerrado que es todo un homenaje y merece la pena probar sin preguntar nada. Incluye aperitivo, dos platos y postre. Nosotros probamos una ensalada con bonito escabechado extraordinaria y una tarta de queso fabulosa. Sus jardines son fantásticos para celebraciones.
Bodegas Hiruzta
Una parada para las amantes de los vinos, la biodega Hirutza, con restaurante también, que llevan los hermanos Txapartegi. Aquí podrás degustar su txakoli, que es fabuloso, y descubrir todo este proyecto familiar de uva autóctona. Once hectáreas de viñedo y parrilla de cocina tradicional vasca de calidad, con los productos de temporada como protagonistas en su restaurante.
Hay que volver a casa con alguna botella de su Txacoli y ponerla al frío para sacar una de cuando en cuando recordar este viaje gastronómico a Hondarribia por mucho tiempo.
Imágen apertura| LPC.
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