Si hay algún postre infalible a la hora de poner un postres sobre la mesa ese es, sin duda, uno que lleve chocolate. Es difícil encontrar a alguien que no caiga rendido a él irremediablemente y este Chocolate Pie no es una excepción. En el mundillo pastelero se usa habitualmente esta palabra en inglés para definir un tipo de pastel que consta de una corteza rellena con una mezcla, ya sea dulce o salada, pero siempre muy sabrosa. Puede ir cubierto por otra capa de masa o no, pero siempre horneado, eso sí. El que presentamos a continuación es una mezcla increíble de chocolate, compuesto por una masa crujiente de galletas y mantequilla con un relleno a medio camino entre un pastel y un brownie.
Empezamos engrasando un aro de metal de unos 16 centímetros de diámetro con un poco de mantequilla derretida o spray desmoldeante. Pegamos también una tira de papel de pergamino en la parte interior del aro. Después, en un procesador de alimentos, molemos las galletas hasta convertirlas en polvo fino. También podemos aplastarlas con un rodillo de pastelería.
En un bol aparte, derretimos la mantequilla. Añadimos la mantequilla derretida a las galletas troceadas en el bol, removemos y mezclamos. Extendemos la mezcla y usamos un vaso para aplastar la base y los lados de la tarta procurando que la capa sea uniforme. Refrigeramos.
Ponemos los huevos a temperatura ambiente, el azúcar y la sal en un bol y batimos hasta que la masa se vuelva pálida y esponjosa. Mientras tanto, utilizando un microondas o un baño maría, derretimos el chocolate y la mantequilla en un bol.
Cuando la mezcla de huevo; azúcar y sal esté lista, ponemos la velocidad baja de la batidora y, en un hilo fino, empieza a verter poco a poco la mantequilla derretida y la masa de chocolate. Añadimos la harina tamizada dentro del bol con la masa y mezclamos a velocidad baja sólo hasta que quede homogénea.
Vertemos la masa de chocolate en la base de galleta bien fría o congelada. La masa cruda no deberá llegar al ras de los lados del shortbread porque subirá ligeramente durante el horneado. Precalentamos el horno a 170ºC y metemos la tarta en el horno a 170 °C durante unos 15-20 minutos, aunque el tiempo de horneado puede variar en función de las características del horno.
Una vez horneada, la tarta deberá quedar cubierta por una fina corteza que esconde una textura blanda en su interior. No debemos hornearla en exceso. De lo contrario, el relleno quedará demasiado seco.
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Cuando la tarta esté todavía caliente, rallamos un poco de chocolate negro sobre la superficie de la tarta. Volvemos a meter la tarta en el horno durante aproximadamente un minuto para que se derrita el chocolate.
Sacamos la tarta del horno. Dejamos que se enfríe a temperatura ambiente durante 30 minutos. Retiramos el aro de hornear con cuidado y decoramos la tarta tamizando un poco de cacao en polvo por los lados. Si es para que sea un postre navideño, podemos tamizar el cacao con una plantilla de árbol de Navidad para hacerlo más festivo. La tarta se sirve mejor caliente, a unos 35 °C.
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Fotos | Directo al paladar
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