Anabel Palomares
EditorAunque se necesita más investigación para comprender completamente su relación, hay expertos que aseguran que existen diferencias entre el sueño de los niños con altas capacidades (AACC) y el resto. Como padres, puede ser un motivo de preocupación si pensamos en la importancia que tiene el sueño en un correcto desarrollo infantil, pero ¿cómo afecta a estos niños? Pues empecemos por lo más curioso y es que genera un hábito al despertarse que puede afectar al sueño.
Los niños con altas capacidades se despiertan antes y leen
Según explicaba Arielle Adda, psicóloga experta en AACC, en Le Figaro, hay un hábito que suele presentarse en los niños con altas capacidades: se despiertan muy temprano y se ponen a leer. No es algo que ocurra con todos ni todos los niños que se despiertan a las 5 de la mañana tienen altas capacidades, pero la experta asegura que el hecho de que los niños con AACC “empiecen a inquietarse, a moverse en la cama o a levantarse”, mucho antes que el resto de niños, es un hábito común.
También asegura que al despertarse, y para mantenerse ocupados, si tienen un libro cerca, es normal que se pongan a leer ya que “las personas con altas capacidades tienen una atracción natural por la lectura”, afirma y llega a decir que tiene casos de padres que terminan quitando los libros de la habitación de los niños porque si se ponen a leerlos, no se vuelven a dormir. Está genial que niños y adultos lean, pero no si eso consume tiempo de descanso porque especialmente en el caso de los niños. Un sueño de calidad no solo ayuda a que el cerebro funcione adecuadamente, también es imprescindible para el crecimiento físico y el desarrollo cognitivo y en los primeros años de vida favorece el aprendizaje, la atención y concentración.
Apenas hay estudios al respecto en los que se vea una relación directa entre las AACC y el sueño, pero hay algunos que nos dan unas primeras pinceladas aún por descubrir en profundidad. Por ejemplo, este estudio de 2003 realizado en 196 niños con alto potencial intelectual y 226 niños de "control", afirmaba que existe una estructura del sueño diferente. Aquellos niños con más cociente intelectual completan un mayor número de ciclos de sueño y que estos son más cortos, durando alrededor de 70 minutos frente a los 90 de los demás. El sueño REM, en el que la actividad cerebral es especialmente intensa, en aquellos niños con más cociente intelectual llega antes que en los niños de “control” que se estudiaron. Este otro estudio de 2020 realizado sobre 33 niños, descubrió que aquellos con un coeficiente intelectual más alto presentaban más sueño REM y tendían a tener menos sueño de etapa 1 que los controles. Pero también presentaban más insomnio y quejas sobre el sueño.
Por qué el sueño puede ser diferente en las altas capacidades
El pediatra Gonzalo Pin Arboledas, coordinador del grupo de sueño y cronobiología de la Asociación Española de Pediatría, explicaba en sus redes sociales que existen cuatro factores clave para entender por qué el sueño puede ser diferente en los niños con AACC: alta energía mental, sensibilidad emocional, ensueños e insatisfacción.
Si pensamos en que los niños con AACC “están todo el día muy hiperactivados mentalmente, con muchos intereses”, como explica el doctor, no es de extrañar que esa alta energía mental o intensidad mental dificulte el sueño, concretamente la capacidad de relajación previa al sueño. Aunque conviene recordar que cada uno tiene sus particularidades, una de las cualidades que más se presenta es la de una mayor sensibilidad emocional. Pin Arboledas asegura que esa, en muchas ocasiones, “mayor preocupación por cosas que a veces desde fuera no parecen tan importantes contribuye a una dificultad de desenganche antes de iniciar el sueño”.
A estos dos factores se suma que en los niños con AACC “los sueños son mucho más intensos, mucho más vivaces”, lo que impacta en la calidad de su sueño porque, según el experto, “facilitan la posibilidad de tener más despertares nocturnos por esos sueños o una mayor intensidad de pesadillas”, que disminuyen la calidad de sueño. El último factor que condiciona su sueño es la propia insatisfacción que tienen con el sueño. “Para algunos niños con altas capacidades, dormir es como perder el tiempo. Le dan poco valor al sueño e intentan engancharse a otras cosas”, asegura el pediatra.
Fotos | Annie Spratt en Unsplash
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