El affogato es, a la vez, un café y postre italiano perfecto para una sobremesa original. Y es que, mientras que unos lo consideran café, para otros es un postre. Aunque en Italia son del segundo grupo, parece que el resto del mundo lo percibe como bebida. Sea como sea, se trata de una elaboración de lo más simple (en realidad, la única preparación que conlleva es la de un buen café espresso) pero resultona gracias a una combinación brutal.
Si alguien está por la labor, puede empezar por preparar un helado de vainilla casero. Aunque tampoco hace falta complicarse la vida y uno comercial puede servirnos igualmente. Asi que, una vez tengamos nuestro helado en el congelador, preparamos el café a gusto de cada uno.
Para esta receta, los expertos de Directo al paladar han usado cafetera italiana de rosca (la de toda la vida) y se han decantado por el café molido natural. No obstante, como el mundo cafetero es tan extenso, lo importante es que lo hagas a tu gusto.
Una vez esté listo el café, podemos dejar que atempere 10-15 minutos o pasar directamente a montar el affogato. Para ello, colocamos dos bolas de helado de vainilla en una taza cuchara de helado. Aunque, en el caso de que tu cuchara de helado sea grande, con una sola será suficiente.
Regamos con el café en una cantidad al gusto y servimos inmediatamente. Hay, también, quienes le añaden un chorrito de licor (el Baileys es perfecto para la ocasión) y algún que otro topping (salsa de chocolate, almendras picadas, etc), pero la versión básica es ya de pro sí deliciosa.
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