Las pasadas Navidades me regalaron un cuchillo de cocina japonés. Y es que los japoneses saben mucho de cuchillos y técnicas de corte, llegando a tener algunos con nombre propio como el karsuramuki, el sogigiri o el koguchigiri. Pero también saben cómo darle a las verduras menos apetecibles el toque especial que necesitan para enamorarnos y que terminen gustándoles a todo el mundo.
En Asia tenemos varios ejemplos como el del kimchi coreano, un plato típico de su gastronomía que se prepara con col china. A priori, esa verdura es poco interesante, pero con una combinación de ingredientes como la que usan en Corea, se convierte en una auténtica delicia. Lo mismo ocurre con el Yamitsuki japonés. “Yamitsuki” (やみつき) significa “adictivo” en japonés y el nombre hace referencia a guarniciones de verduras con un sabor tan increíble, que no podrás dejar de comer.
Japón ha dado con la clave para que el repollo deje de ser aburrido y soso y pase a ser una explosión de sabores. Este plato es típico de los izakaya (pubs japoneses) y de los restaurantes yakiniku (barbacoa coreana), pero no te preocupes porque no necesitarás ingredientes raros ni largas horas de fermentación. Es tan fácil y rápido que lo harás cada noche.
Cómo hacer del repollo un plato adictivo
Para preparar el Yamitsuki japonés necesitamos repollo verde. Las cantidades que voy a darte son para unos 225 gramos de repollo, pero puedes hacer más. De hecho está tan rico que la primera vez, sentirás que te has quedado corto y que deberías haber hecho un poquito más. Para ese repollo usaremos un diente de ajo, semillas de sésamo tostadas, aceite de sésamo tostado, un poco de polvo de caldo de pollo, sal y pimienta. Es importante que el caldo de pollo sea en polvo, pero es más fácil de encontrar de lo que parece, y podemos hacerlo en casa con la Thermomix, o rallar una pastilla de caldo concentrado de las que vienen desecadas.

Vamos ahora con la mezcla que va a darle todo ese umami a nuestro repollo. En un peque bol echamos el ajo rallado, y una cuchara de aceite de sésamo junto con una cucharada de semillas de sésamo tostadas. Si no las tenemos tostadas, las pasamos por la sartén sin nada de aceite hasta que cojan color y suelten el aroma. En ese bol echamos también una cucharada de polvo de caldo de pollo y mezclamos. Queremos que quede una pasta, así que mezclamos bien. En este punto podríamos añadirle algunos complementos que puedes encontrar en los izakayas japoneses como el alga shio kombu, salsa de soja, copos de chile, sake, pimienta blanca molida, vinagre de arroz, azúcar, tobanjan… Eso sí, no agregues todos los ingredientes a la vez sino poco a poco y ve probando para evitar que quede demasiado fuerte o salado como explica el experto Yuto Omura. Puedes ir haciendo diferentes mezclas hasta dar con tu Yamitsuki favorito.
Es el momento de cortar el repollo. Puede ser en una juliana final como haríamos al preparar una ensalada de col americana, o en trozos más grandes. Una vez cortado todo, lo lavamos bien y dejamos escurrir para luego mezclar con la pasta preparada. Mézclalo con las manos si te cuesta hacerlo con un par de cucharas. Es importante que todo el repollo quede impregnado de la salsa.
Lo cierto es que ya estaría, ahora solo queda disfrutarlo. Y te prometo que lo harás.
Fotos | Judy Beth Morris en Unsplash, Directo al Paladar
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