El embutido más consumido en España, como no podía ser de otra manera, es el jamón curado con 2,05 kilos al año por persona según los datos del Ministerio de Agricultura. Y es que aunque el consumo de embutidos no es lo más saludable, en España nuestra gastronomía tiene mucho de este producto y es inevitable que entre en casa. Por eso vamos a contarte cómo guardarlo para que no se seque ni le salga moho.
Lo mejor para guardar embutidos es hacerlo enteros. Al igual que ocurre con el queso, el embutido es mejor conservarlo entero y en una pieza, de la que cortaremos aquello que vayamos a consumir. El chorizo, jamón, el lomo, el salchichón y hasta el queso, pierden sus propiedades rápidamente una vez cortado. Si lo conservamos entero y solo cortamos lo que nos vamos a comer, evitaremos que el aire los seque.
Los embutidos vienen cubiertos por su propio envoltorio que lo protege del aire, el causante de que se resequen, así que si lo guardamos enteros y en un lugar fresco y seco dos de la luz como puede ser la nevera, nos durarán mucho más tiempo. Si hablamos de embutidos cocidos, siempre los conservaremos en la nevera, eso sí.
El mejor truco para conservar el embutido cortado
Si ya te has pasado cortando y te ha sobrado, puedes guardar el excedente en la parte menos fría de la nevera para evitar que entren en contacto con demasiado frío. A la hora de comerlos, siempre es recomendable sacarlo unos 20 minutos antes para que pierdan temperatura.
Para guardarlos, podemos usar un plato tapado con film transparente o un tupper. Cuanto menos aire tenga, mejor, así que si usas tupper y tienes la posibilidad de que este sea hermético para eliminar el aire de dentro, es la mejor opción. Pero ojo, uno para cada producto. No metas en un mismo tupper el jamón, el lomo y el chorizo porque los aromas se mezclarán y cuando lo comas, no te sabrá igual. Aunque lo mejor de todo no es un tupper, sino usar una bolsa de vacío.
Si tenemos una envasadora de vacío nos aseguramos de que hemos eliminado todo el aire y evitamos así no solo que el embutido se seque, también que le salga moho. Este método es especialmente práctico si compramos una pata de jamón y no queremos que se nos seque con el paso del tiempo. Podemos cortarla entera y hacer paquetes que envasamos al vacío. De esta manera los embutidos se conservan intactos y si queremos que nos duren meses, lo que haremos es congelarlos.
Si vamos a consumirlo en unos días no hace falta congelar, pero si vamos a tardar en consumirlo, es la mejor opción. Además, las piezas enteras suelen ser más económicas en el supermercado, así que además de conservarlos mejor, estaremos ahorrando dinero. Luego solo tienes que sacarlo, dejar que se descongele y disfrutar de tu embutido como recién cortado siempre.
Fotos | Edi Libedinsky en Unsplash, Jez Timms en Unsplash
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