Este es el truco definitivo para que las magdalenas caseras queden esponjosas de una vez por todas

Dentro de la cocina, la repostería es quizá la tarea más compleja. Medidas exactas, temperaturas que controlar, técnicas más precisas… Pero eso no significa que no podamos hacer un buen postre o dulce aunque no tengamos ni idea de cocinar, sobre todo si seguimos los consejos de expertos.

Si hablamos por ejemplo de tortitas, podemos decirte que las más esponjosas se hacen con yogur, y que para conseguir que se mantengan calientes lo ideal es meterlas en el horno a 50ºC. En el caso de las magdalenas, existen trucos para que cualquier receta de magdalenas esponjosas sea siempre lo que promete: esponjosa.

Todos los ingredientes a temperatura ambiente

Lo primero de todo es tener todos los ingredientes a la misma temperatura. Los huevos, la mantequilla, las frutas que podamos añadirles… Es una manera de evitar que se produzcan contrastes térmicos al batir los ingredientes y mezclarlos. Si se producen, puede que la masa se corte, se creen grumos o texturas poco agradables.

Dejar los ingredientes fuera de la nevera como mínimo media hora. Algunos como la mantequilla necesitan algo más de tiempo para estar en pomada (una textura blanda, como la de una crema espesa), y ten en cuenta también la temperatura de tu cocina y hasta de los utensilios que vayas a utilizar. El vidrio y el metal tienden a estar más fríos que la silicona, por ejemplo, así que puedes sumergirlo en agua caliente y secarlo muy bien después, o incluso meterlo en el horno unos minutos para que pierda el frío. Si quieres evitarlo, hazte con un bol de plástico para mezclar los ingredientes.

Pesa y mide todo antes de empezar

Los grandes chefs hacen algo llamado mise en place, una técnica culinaria muy práctica que consiste en preparar de antemano cada ingrediente que usan en las medidas en que lo necesitan, algo que puedes ver por ejemplo con esta tarta Sacher de Jordi Cruz.

Pesa y mide todos los ingredientes de la receta con una báscula digital, a ser posible, nada de hacer las cosas a ojo. Un bonus: lee la receta con atención antes de liarte a mezclar y batir. Es importante entender bien lo que vamos a hacer antes de hacerlo.

El producto es importante en cualquier receta

No es lo mismo comerse un melón con jamón con un serrano de sobre que compras en cualquier supermercado, que hacerlo con un jamón de bellota. En este caso ocurre igual: si los ingredientes son buenos, el sabor mejora.

Usar huevos frescos, camperos a ser posible, un buen aceite de oliva y hasta una harina que sea especial para repostería (las llamadas harinas flojas, nada de harina bizcochona), pueden marcar la diferencia en nuestra receta.

Dedica tiempo a batir la masa

Una de las claves para conseguir una textura esponjosa en nuestras magdalenas es el batido de la masa. Es necesario que sea mucho y a gran velocidad para facilitar que la masa crezca y suba. Lo ideal es usar una batidora de varillas y comenzar batiendo los huevos con el azúcar hasta que blanqueen y espesen.

Una vez mezclados estos dos ingredientes, añadiremos el resto de líquidos y por último, todos los ingredientes secos como la harina, la levadura o el cacao en polvo si llevara. Si lo que estamos haciendo son magdalenas, es recomendable volver a batir con la batidora de varillas cuando todos los ingredientes estén juntos, para darle ese extra de aire y ganar esponjosidad.

Deja reposar la masa

Ya la tenemos bien mezclada, batida y homogénea, y ahora llega el momento de dejarla reposar. Tapamos muy bien y dejamos dentro de la nevera como mínimo 30 minutos. Podrías dejarla toda la noche, así se potenciaría aún más el efecto. Te lo explico, porque solo es cuestión de ciencia tal y como se nos indican en el libro Cocinología: el reposo en frío ayuda a activar la levadura química y además, facilita que dentro del horno se produzca un choque térmico que potencia la expansión de la masa.

Usa los moldes adecuados

Igual que cada tipo de tarta necesita un molde específico, una masa como la de las magdalenas también. Si solo usamos las cápsulas de papel, se desbordarán al subir, así que vamos a añadir ese truco de experto que hará que tus magdalenas sean las más preciosas del vecindario: una bandeja para magdalenas. En cada hueco pondremos un papel de magdalenas y listo.

Truco extra: usa una manga pastelera para echar la masa, o una cuchara medidora para que todas tengan la misma cantidad y se horneen igual, dejando siempre la masa a un dedo del borde del molde.

Precalienta el horno siempre

A no ser que la receta indicara lo contrario, cuando hablamos de masas de bizcochos, muffins o magdalenas, es imprescindible que el horno esté precalentado antes de meterlas. Jamás metemos la masa en un horno frío. Lo ideal es que se caliente durante 30 minutos (depende de tu horno) y que dentro no haya nada más que pueda quedarse con el calor, como una bandeja extra.

El horneado es clave para que las magdalenas sean esponjosas

Colocamos las magdalenas en sus moldes a media altura y bajamos la temperatura a 210ºC-200ºC, a ser posible manteniendo el modo aire si nuestro horno lo tiene (así el horneado es más homogéneo). Importantísimo para evitar que se bajen: no abrir la puerta durante el horneado. Si abrimos antes de tiempo el espacio dentro del horno perderá calor y adiós esponjosidad. Usa el cristal de fuera para controlar tus magdalenas y abre solo al final del tiempo de horneado.

Ahora solo queda dar rienda suelta a los trucos con una receta sencilla como la de estas magdalenas de la abuela en versión healthy, o las clásicas magdalenas con pepitas de chocolate. Si te has quedado con hambre y estás con las manos en la masa, prueba a hacer esta sencillísima cookie gigante que te enseñamos en el vídeo. Más fácil imposible.

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Fotos | Directo al paladar, Diana Polekhina, Alina Karpenko, Aneta Voborilova, Yehor Milohrodskyi y Mila en Unsplash

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