Recuerdo que en un post en el que recomendaba a las pieles acnéicas una buena higiene del rostro, un lector exclamó: "eso es básico y obvio". No sé si esa obviedad incluye dos normas a seguir con la toalla que utilizas para lavarte la cara.
Para empezar, debes tener una toalla sólo para el ritual de limpieza facial. No utilices la toalla de manos del cuarto de baño y mucho menos si es compartido. Esta recomendación es para todos, sea cual sea vuestro tipo de piel, tengáis acné o no. Es una cuestión de higiene facial generalizada.
Si además sufrís de acné y resulta que lo que provoca el acné es una bacteria, cuanta más higiene y cuidado tengáis, mucho mejor. Imagínate la toalla de mano con restos de suciedad que no haya eliminado del todo el jabón (¿de qué vivirían entonces los C.S.I.?): contaminación de la calle, el polvo de la pared usando un taladro, restos de cebolla de la pizza que estás cocinando, etc. Todo embadurnado en el rostro.
Así que hay que tener una toalla pequeña sólo para la cara. Hay que meterla en el cesto de la ropa sucia a menudo y, en casos agudos de acné, la cambiaría cada día por una limpia. Lo más práctico son las toallas de invitados, pequeñas y manejables. Te compras media docena en Ikea (valen 1-2 euros) y problema solucionado.
¿Pereza de lavar, tender, recoger? Ya que lo mejor es utilizar y descartar, tus aliados de higiene contra el acné son los tissues de algodón o el rollo de papel de cocina. Usar y tirar. Incluso más barato que tener que ir lavando las toallas. Eso sí, hay que evitar los rollos o kleenex perfumados para curarse en salud de posibles irritaciones.
Foto | Sanctu En Mensencia | Alerta 'rebote de acné' post-verano: objetivo limpieza total