El cárdigan es la prenda que unos amamos y otros, por el contrario, odian. No tiene término medio. O te gusta o la detestas. El pasado invierno volvió con fuerza (aunque en realidad nunca se había ido) y lo hizo como toca en esos meses, con materiales y diseños que evitasen el frío.
Pero ahora ya estamos en verano, cualquier prenda de abrigo ha sido desterrada de nuestro ropero y por tanto, los materiales gordos del invierno se quedan inútiles para estos meses. Esto no significa que desplacemos al cárdigan con ellos, sino que toca adaptarlo a las nuevas condiciones.
Donde antes había un cárdigan de lana gorda, ahora veremos un cardigan de punto muy fino, donde antes estaban los diseños trenzados ahora aparecen diseños completamente lisos y sobre todo, algo fundamental: prendas muy frescas.
El cárdigan es la elección perfecta para el entretiempo, lo tiene todo para ello. Es muy fino, quita la leve sensación de frío que se puede tener en verano, pega con casi todo, no estorba, se puede guardar donde se quiera, llevar en la mano… ¿seguimos? Mejor vamos por pasos.
Una prenda de abrigo en verano sobra, a no ser que la diferencia de temperatura entre la noche y el día sea tal que obligue a llevarla cuando anochece. En cambio el cárdigan al ser muy fino hace las veces de cazadora y de la prenda que apostemos por llevar debajo. Aquí, la opción de una sudadera muy fina y con cremallera también valdría para evitar el fresco.
Al ser casi como una cazadora (no deja de ser un jersey), el cardigan pega con la mayor parte de la ropa, a no ser que vayamos tan estridentes que pocas cosas combinen. Pero si optamos por unos jeans cualquiera, un cardigan será la unión ideal, tanto en negro, azul marino, como el color que nos guste…
Esta posibilidad de combinarse con todo nos permite optar tanto por un polo, una camiseta o una camisa para el interior. La opción de combinarlo con una camiseta es de las que más se ven ahora mismo, ya que es más informal que con el resto de las prendas, en especial con la camisa; combinación que a veces da un aíre demasiado mayor a quien lo lleva.
El cardigan y la camiseta lucen mejor si la primera prenda es más amplia y holgada, nada de llevarlo lo más ajustado posible y por la cintura, démosle un margen a la longitud. Una opción posible es la combinación azul marino y gris por dentro, no falla.
Pero sobre todo, el cárdigan nos garantiza comodidad. Que nos estorba porque hace más calor, pues nos lo quitamos y casi ni pesa colgado del brazo, lo podemos guardar en la bandolera/bolso que llevemos o incluso pedirle a nuestra pareja que nos haga el favor de guardarlo en su bolso si somos aún más vagos o no llevamos (aunque para quedar mejor, lo suyo sería cederle el cárdigan cuando haga frío y no cuando haga calor…).
El cárdigan es una prenda que reúne todas estas comodidades es normal que se vea tanto en los meses de verano, cuando el resto se guardan.
Foto | The Sartorialist
En Mensencia | Cárdigan de andar por casa
En Mensencia | Modas zombie: la rebeca