Los japoneses viven en una sociedad que todavía está muy marcada por las tradiciones y normas estrictas que no les dejan disfrutar de la moda y las tendencias más modernas. Hablo del ciudadano corriente, el que va a la escuela, luego a la universidad y encuentra un trabajo decente que le honra.
En la escuela, todos en uniforme. Como destaques por llevar colores poco convencionales, léase naranjas o verdes lima divertidos, junto con el rojo: malo. Eres el bicho raro de la clase y las madres se preguntan porqué le hacen eso al niño.
En cuanto encuentran el trabajo por el que se han estado preparando toda la juventud, ese trabajo en una oficina seria y prestigiosa que les valdrá el respeto de padres, amigos y vecinos, ya se pueden olvidar de vaqueros, deportivas y colores alegres para el resto de su vida si quieren conservarlo.
Sólo trajes oscuros. Tampoco aquí pueden ser señalados como fashion man. Por supuesto siempre hay el atrevido o el moderno de turno (ole por él) pero no estoy hablando de excepciones a la regla general. Total, muy triste porque no les dejan expresar su personalidad.
Con todo lo cual, la única época en la que pueden soltarse la melena es en la universidad. Por eso desmadran su armario y aprovechan: saben que más tarde no podrán. Se tiñen el pelo, se hacen mechas y cortes de pelo lo más ultra-fashion posible. ¡Libreeee!.
Prueban los cuadros de colores, los estampados imposibles, las combinaciones más surferas. Llevan camperas, las deportivas más extrañas y tan felices. Tú que puedes disfrutar de la libertad de vestirte (dentro de unos límites razonables) como te guste y no como marca una sociedad estática, aprovéchalo.
Foto | Modaellos
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