En España el consumo de bollería industrial ronda los 14 kilos por persona por año y va en aumento, siendo por ello una tendencia que preocupa en la actualidad. Para demostrar por qué te mostramos lo que hay dentro de un bollo y dejamos cinco razones para reducir su consumo habitual.
Lo que comemos cuando comemos un bollo
Un bollo o un producto de bollería industrial que bien podría ser una galleta, un muffin o semejante, no es más que una combinación de harinas refinadas, con grasas muchas veces de mala calidad y azúcares varios.
Si nos remitimos a sus ingredientes, estos pueden variar de una marca comercial a otra así como de un comercio a otro. Sin embargo, un ejemplo concreto nos describe muy bien lo que comemos cuando comemos un bollo y por eso, te mostramos el listado de ingredientes de los Donuts glaseados:
Harinas (trigo, soja), agua, grasa vegetal (palma), trehalosa*, azúcar, levadura, jarabe de glucosa y fructosa, huevo líquido pasteurizado, emulgentes (E 471, lecitina de girasol, E 481, E 472e), sal, dextrosa, gluten de trigo, estabilizantes (E 412, E 406, E 407), leche desnatada en polvo, almidón, aromas, conservador (E 202) y corrector de acidez (E 330). Puede contener trazas de avellana.
Comenzamos por harinas siendo la más abundante harina de trigo no integral por lo que es una opción refinada que deberíamos reducir en la dieta habitual. Le sigue agua y en tercer lugar tenemos grasa vegetal de palma cuya calidad deja mucho que desear.
Si continuamos leyendo veremos que abundan los azúcares bajo el nombre de azúcar y también, como jarabe de glucosa y fructosa en este caso de origen industrial que no es igual a la que deriva de la fruta.
No vemos ni fruta, ni semillas, ni aceite de oliva ni ningún ingrediente de relativa calidad que aporte vitaminas en gran medida o minerales, proteínas y fibra al organismo.
En general, lo que comemos cuando comemos un bollo es una mezcla de ingredientes de escasa calidad que poco sacian al organismo y que por ello, nos incentivan a comer más y más sin beneficio alguno.
Los nutrientes y calorías de un bollo
Habiendo mirado el listado de ingredientes fácilmente podemos suponer los nutrientes predominantes. En los Donuts glaseados el aporte energético supera las 200 Kcal por unidad y las mismas derivan en su gran mayoría de grasas e hidratos de mala calidad.
Poseen un 20% de azúcar y un 23% de grasas de las cuales la mayoría son saturadas porque derivan del aceite de palma.
Si bien aporta otros hidratos complejos, estos no son fuente de nutrientes de calidad ya que como dijimos son harinas refinadas que no son gran fuente de fibra ni de vitaminas o minerales.
Entonces, un bollo es un producto ultraprocesado muy concentrado en energía que deriva sobre todo, de nutrientes de escasa calidad nutricional.
Cinco razones para reducir la bollería
La bollería industrial, incluidas las galletas, es como dijimos una opción de escaso perfil nutricional y que concentra una apreciable cantidad de calorías, pero para que nos resulte determinante, dejamos cinco razones para reducir su consumo:
- Pueden favorecer el aumento de peso como la ingesta de todo tipo de ultraprocesados y también, porque aportan muchas calorías sin ser saciantes.
- Fomentan la adicción por la comida ya que la combinación de grasas con harinas refinadas y azúcares es una de las más adictivas para nuestro cuerpo, de allí que los bollos y similares sean de los alimentos que más engordan y menos sacian, pues nos incentivan a comer más y más.
- Promueven la ganancia de barriga, ya que sus grasas y sus azúcares así como las harinas refinadas consumidas en exceso y de manera habitual como parte de la dieta diaria puede favorecer la acumulación de grasa en el abdomen al ocasionar cambios metabólicos importantes.
- Pueden entorpecer nuestra estética no sólo por promover el exceso de peso sino también por ofrecer nutrientes que entorpecen la circulación sanguínea, suman estrés al organismo y sustancias que favorecen el envejecimiento en lugar de contrarrestarlo.
- Propician el desarrollo de enfermedades, ya que desde obesidad hasta caries, hipertensión, diabetes, cáncer y otras patologías se asocian a una alta ingesta de azúcar, harinas refinadas y grasas malas, así como al consumo de ultraprocesados dentro de los cuales se encuentra la bollería.
Estas son cinco buenas razones para evitar la bollería en tu dieta habitual y reducir el consumo a largo plazo, pues como hemos visto, un bollo no es nada bueno para ingresar al organismo.
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