Tras el repaso exhaustivo que mi compañero Luis dio a los pantalones, hoy vamos con algo de riesgo y provocación, algo trasgresor a la hora de combinarlos: las slippers, o lo que es lo mismo, las zapatillas de estar en casa de la aristocracia inglesa. A finales de octubre, Luis también daba su punto de vista sobre ellas en un interesante artículo.
Este tipo de calzado se ha ido viendo en los últimos meses en famosos para asistir a eventos de renombre, sobre todo a premieres y lucir diferente en la alfombra roja de la misma. El riesgo está, no dejan de ser unas zapatillas de estar en casa, pero ¿y si las combinamos con un traje o un esmoquin?
El resultado sólo está a la mano de los más atrevidos. Entre los personajes que han optado por este calzado están Flavio Briatore, quien los eligió para su propia boda, combinando las slippers con un chaqué de corte clásico; Andrea Casiraghi, otro de los rebeldes de las coronas europeas, que en vez de bordar sus iniciales en ellas, prefiere a veces optar por una calavera.
En España no nos quedamos atrás y contamos con nuestros propios ejemplos, donde destacan los hijos de Nati Abascal. Rafael Medina es quien las está intentando poner más de moda, asistiendo con este calzado a varios de los eventos más sofisticados. Este interés no es baladí, ya que comercializa las slippers mediante su firma Scalpers.
Por ahora, las zapatillas de la aristocracia no han pasado a la calle, para eso aquí queda mucho, quizás en otros lugares haya más riesgo, pero no veo a nadie por Madrid llevando estas slippers y que nadie se pare a mirarle como un bicho raro.
La tendencia está en el aíre, con los personajes de altas esferas luciéndolas e incluso vendiéndolas. Díficiles de vestir y más de lucir bien. Para quienes busquen el riesgo bien, para todos los demás, mejor seguir optando por el botín más elegante.
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