El verano es el momento ideal del año para leer. Las vacaciones, los días más largos, esa sensación permanente de que tenemos más tiempo que en cualquier otro momento del año... Seguro que todos tenemos nuestra lista de libros pendientes, esas novelas para las que no hemos encontrado otro momento a lo largo del invierno, esos poemas que nos pedían paz mental para leerlos y, por qué no, también esas lecturas ligeras perfectas para hacer junto a la piscina o a la orilla del mar. Nosotros hemos seleccionado veinticinco. Las veinticinco lecturas (para todos los gustos) que pueden hacer de este verano una estación aun más perfecto.
Nuestra casa en el árbol, de Lea Vélez
En Nuestra casa en el árbol, Lea Vélez nos traslada a un pueblo inglés a las orillas del Humble, para convivir con una madre viuda y sus tres hijos, cuya genialidad hace que el aire nostálgico de la novela se convierta constantemente en una sonrisa. Con unos secundarios inolvidables y el objetivo de fondo de construir una casa en un árbol, la autora analiza la educación de nuestros hijos, el concepto de libertad y el verdadero significado de la infancia.
La desaparición de Stephanie Mailer, de Joël Dicker
Si algo saben quienes han leído a Dicker, es que sus novelas crean adicción. En el caso de La desaparición de Stephanie Mailer, retrocederemos hasta un asesinato ocurrido en los años noventa en los Hamptons neoyorquinos, para luego regresar al presente, a la desaparición de una periodista que afirmaba que la resolución del caso no fue la correcta. No es un libro corto (más de seiscientas páginas), pero es casi imposible soltarlo hasta llegar a conocer la verdad.
Cariño, cuánto te odio, de Sally Thorne
Cariño, cuánto te odio es la novela perfecta para leer a la orilla del mar, con el único objetivo de disfrutar de una historia de amor que se va fraguando entre dos personajes que son polos opuestos y no parecen llevarse demasiado bien, pero que, a través del humor, llegan a conocerse hasta hacerse imprescindibles el uno para el otro. Deliciosa, sencilla y capaz de arrancar más de una carcajada.
Intuición, de Elisabeth Norebäck
La premisa de Intuición es de esas que quita el aliento a cualquiera que haya sido padre (y también a quien no): ¿reconocerías a tu hijo perdido si reapareciera veinte años después? Eso es lo que le ocurre, o parece ocurrirle, a Stella, que, con su vida rehecha tras el drama de haber perdido a su hija Alice cuando solo tenía un año, conoce a una joven que le recuerda demasiado a Alice.
La chica invisible, de Blue Jeans
En La chica invisible, Blue Jeans juega entre la novela juvenil y la de intriga, abordando el asesinato de una joven estudiante de instituto, invisible para sus compañeros, que solo empezarán a tenerla en cuenta después de su muerte. Serán dos de sus compañeros de clase quienes se pongan al frente de una investigación no oficial para encontrar al «asesino de la brújula».
En islas extremas, de Amy Liptrot
En islas extremas es un relato en primera persona de su autora, Amy Liptrot, que cambia una vida de adicciones en Londres por la tranquilidad del regreso a su lugar de origen, una granja en las escocesas islas Orcadas. Una narración en la que naturaleza y vida se entremezclan, en la que el paisaje se convierte en el telón de fondo perfecto para que la protagonista recupere la estabilidad.
Y ahora, lo importante, de Beatriz Navas Valdés
¿Os imagináis cómo sería leer ahora los diarios que escribíamos con trece o catorce años? Pues esa es la propuesta de Beatriz Navas en Y ahora, lo importante, una novela que es en realidad la transcripción de los diarios de una adolescente a principios de los años noventa, entremezclados con los titulares de prensa que ella misma recopilaba en aquella época, que muestra una realidad algo distinta de la que se percibía a pie de calle. Una historia perfecta para adentrarnos en una década que sentimos aún muy cercana, pero desde la cual hemos evolucionado mucho.
La levedad, de Catherine Meurisse
Catherine Meurisse escribe en primera persona la increíble paradoja de su vida: que el 7 de enero de 2015 la alarma de su despertador no sonara, impidiéndole llegar a su trabajo en la revista Charlie Hebdo, un hecho que, probablemente, le salvó la vida. Después del trauma, de la pérdida y del vacío, Catherine emprende en La levedad un viaje en busca de la belleza, con la convicción de que el arte es lo único que puede salvarnos de las tragedias.
El chico de las estrellas, de Chris Pueyo
El chico de las estrellas es el debut en la literatura de Chris Pueyo, con una novela tan potente que es difícil separarse de sus páginas. Por la valentía y la crudeza de la trama, de corte autobiográfico. Y por la forma, tan poética que apetece pararse en cada párrafo para subrayar frases de esas que nos acompañan para siempre. Una auténtica delicia, perfecta para disfrutar ahora que tenemos algo más de tiempo para la lectura.
Tiempos de swing, de Zadie Smith
Si en su primera novela, Dientes blancos, Zadie Smith hacía virguerías con la primera persona, en Tiempos de swing se acerca a la tercera para narrarnos las vidas de dos amigas que se conocen desde la infancia, desde que coincidieran en clases de danza. Las diferencias de clase social se van acentuando a medida que crecen y amenazan con separarlas, pero ellas logran construir una amistad que se extiende a lo largo de un cuarto de siglo, narrado con la maestría que tiene Smith para abarcar en sus novelas amplios periodos de tiempo.
La química del odio, de Carme Chaparro
Después del éxito de No soy un monstruo, Premio Primavera de Novela en 2017, Carme Chaparro regresa al thriller recuperando al personaje de la inspectora Ana Arén, que debe enfrentarse al reto de resolver el asesinato de una de las mujeres más famosas de España. Arriesgando, como ya vimos en su primera novela que era su estilo, Chaparro construye una trama imposible de dejar hasta llegar a la última página.
Que nadie duerma, de Juan José Millás
Nada mejor para abstraernos de la realidad que la nueva novela de Juan José Millás, Que nadie duerma, en la que amor y terror se funden en un desdoblamiento del yo que lleva a la protagonista a vivir su vida casi como en la resolución de un logaritmo informático, recorriendo las calles de la ciudad como taxista, mientras suena Turandot de fondo y se enamora de su vecino. Inolvidable y deliciosa.
Con un cassette y un boli Bic, de Defreds
La poesía de Defreds es sinónimo de éxito arrollador, especialmente entre el público más joven, de los que cientos de miles lo siguen en las redes sociales. En su nueva obra, Con un cassette y un boli Bic, aúna poesía y prosa poética, en una línea similar a la de sus libros anteriores y con un contenido nostálgico que atrapa, con temas cotidianos, dulces, tristes y esperanzadores, con tres temas primordiales: la amistad, el desamor y el amor, que puede con todo.
La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey, de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows
Hace ya muchos años que La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey nos enamoró con su preciosa historia ambientada en una pequeña isla del canal de la Mancha en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, contada a través de cartas, lo que la ha convertido en todo un referente del género epistolar. El problema con esta novela (el único, en realidad) era que era dificilísimo encontrarla y pasaba de mano en mano como un auténtico tesoro. Ahora, reeditada por Salamandra, ha llegado el momento de tenerla en nuestras estanterías... y de que la disfruten quienes aún no lo han hecho, claro.
Las posesiones, de Llucia Ramis
«Crecer consiste en no tener a donde volver» es el aprendizaje que Llucia Ramis transmite con Las posesiones, una novela nostálgica, en la que la protagonista se reencuentra con su padre, con su pasado en Palma, con un antiguo amante y con una historia macabra que la llevan a reflexionar sobre los grandes abismos de la vida, desde la depresión a la locura.
Nosotros, de David Nicholls
Nosotros es una novela perfecta para leer en la misma época del año en la que se desarrolla, en un verano que cambia las vidas de sus protagonistas y convierte un viaje de despedida de un matrimonio que se rompe, con un hijo con el que el padre no se entiende, en una experiencia de descubrimiento que, a través de la pluma del autor, nos arrancará carcajadas y sonrisas nostálgicas a cada página.
Donde fuimos invencibles, de María Orduña
María Orduña regresa a Cantabria para adentrarnos en un misterio que llevará incluso a los más excépticos, incluida la protagonista de la novela, la teniente Valentina Redondo, a creer que puede haber sucesos paranormales tras el asesinato acaecido en el Palacio del Amo de Suances. Donde fuimos invencibles es una de esas novelas cuya lectura nos atrapa hasta que descubrimos cuáles son los secretos que ocultan cada uno de sus personajes.
Las hijas del capitán, de María Dueñas
Las hijas del capitán es la última propuesta de María Dueñas, en la que nos traslada al Nueva York de los años 30, a través de tres hermanas españolas, obligadas a asumir las riendas de la familia tras la muerte de su padre. Los diferentes caracteres de Mona, Luz y Victoria nos llevarán a una serie de aventuras a través de las cuales conoceremos de cerca la realidad de la emigración española en Manhattan a comienzos del siglo pasado.
Llámame por tu nombre, de André Aciman
Aunque el libro fue publicado por primera vez en 2007, ha sido ahora, gracias al éxito de su adaptación cinematográfica (Call Me By Your Name) cuando se ha convertido en un best-seller. En sus páginas viajaremos a la costa italiana de los años ochenta y conoceremos el amor del adolescente Elio y el asistente de su padre, Oliver, en un viaje que nos llevará a los límites de los sentimientos y del erotismo.
Alzar el duelo, de Loreto Sesma
El amor y la pérdida son los dos temas principales de Alzar el duelo, el poemario de Loreto Sesma, que tiene las mejores cualidades de la llamada poesía millennial: belleza, ironía, originalidad, arrogancia, melancolía... Y un éxito inicial fraguado en sus declamaciones a través de YouTube (donde tiene casi 170.000 seguidores).
El vestido azul, de Michèle Desbordes
Muchas veces hemos comprobado como las mujeres que han vivido a la sombra de grandes genios son unas desconocidas. Es lo que ocurrió con Camille Claudel, escultora y amante del también escultor Auguste Rodin, a quien Michèle Desbordes decide recuperar en este libro, El vestido azul, pero no ya como la protagonista de un amor tortuoso, sino como una figura femenina imprescindible, despojada de todo y al mismo tiempo llena de esperanza.
Un amor, de Alejandro Palomas
Con la garantía de haber ganado el Premio Nadal este mismo año, en Un amor, de Alejandro Palomas, conoceremos el particular universo familiar del narrador, a través de una prosa que emociona, que hace reír, que nos enamora de la cotidianeidad familiar y de una madre en torno a la cual gira gran parte de la trama de la novela.
A corazón abierto, de Anna Gavalda
El verano es un tiempo perfecto para leer relatos. Y ese es un formato en el que Anna Gavalda siempre se ha encontrado cómoda. Por eso, A corazón abierto es un libro ideal para acercarnos a la autora. Siete novelas cortas, profundas, directas, tiernas, reconfortantes, irónicas y llenas de benevolencia, con una intención muy clara para sus protagonistas: que se despojen de todas sus máscaras para mostrarse tal cual son.
Ordesa, de Manuel Vilas
Ya se habla de Ordesa como la heredera del éxito de Patria, de Fernando Aramburu. Pero Ordesa es mucho más. Es una narración bellísima de las últimas décadas de la historia de España, a través de los recuerdos de nuestros padres y nuestros abuelos. La muerte es tema omnipresente en una novela llena de rabia, amor, dolor y culpa que es imposible olvidar incluso mucho tiempo después de llegar a la palabra «fin».
Cornelia, de Florencia Etcheves
Misterio e intriga al otro lado del charco es lo que encontramos en Cornelia, una novela de Florencia Etcheves que narra la desaparición de una joven alumna de un colegio inglés de Buenos Aires durante una excursión escolar. Y, diez años después, la desaparición de otra de sus compañeras durante el viaje que realizan al lugar de los hechos para homenajear a la primera desaparecida.
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