La Semana de la Moda de Londres se ha rendido ante Marchesa, ante sus diseños de inspiración romántica que evocaban un jardín en todo su esplendor. El tul, la seda y el encaje han tomado el control de la pasarela, mientras que las texturas vaporosas y los detalles en forma de lazadas conferían un aire bohemio a cada una de las salidas. Una gran puesta de largo en la Semana de la Moda londinense.
Diez años han pasado desde que Marchesa viera la luz como firma, una década culminada en forma de preciosos vestidos florales rebosantes de un feeling que rememoraba a Woodstock. Los hombros al descubierto y la clara apuesta por las faldas añadían a la colección un plus de feminidad, aunque hablando de la firma creada por Georgina Chapman y Keren Craig bien es sabido que no es necesario.
Por su parte, el toque bucólico lo han puesto las mangas abullonadas, las sensuales transparencias y las superposiciones de motivos florales, tres pilares básicos sobre los que se ha sustentado una de las colecciones más delicadas de Marchesa. Un gran comeback.
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