Cuando hablamos de relojes siempre nos referimos a la precisión suiza, la manufactura ginebrina o los relojeros británicos que tan a gala llevan su puntualidad. Hoy sin embargo, la historia y la tradición nos llevan hasta Dresde, la capital de la bella región alemana de Sajonia, en concreto al pueblo de Glashütte, donde está el taller de A. Lange & Söhne.
Dresde es ciudad de contrastes, azotada por diferentes guerras, fue sede de la Corte y tiene entre sus maravillas, uno de los relojes más famosos del mundo, el reloj de los Cinco minutos de la Ópera Semper. Como dato curioso de la cultura y el arte en Dresde, Schiller en 1785 escribió allí la Oda a la Alegría, el poema que es actualmente el Himno de la Unión Europea. Y en este ambiente cultural y artístico es donde tiene su origen A.Lange& Söhne.
El iniciador fue Ferdinand A. Lange, un relojero que comenzó como aprendiz del famoso relojero de la Corte, Gutkaes y tras viajar por toda Europa fundó su taller escuela en el pueblecto de Glashütte, basado en la relojería de precisión. Entre muchos de sus avances técnicos está el cambio del arco giratorio de los relojes por ruedas de volante, consiguiendo fabricar con mayor precisión y en menos tiempo las piezas a tornear.
Durante los treinta años años la fama de Lange con sus relojes precisos y sus inventos revolucionarios toma dimensiones extraordinarias. Sus hijos continuaron con su labor y constan que hasta 1930 tenían 27 patentes de otros tantos inventos, como por ejemplo la aleación con berilio para muelles de relojes (empleada hoy día en todos los relojes mecánicos de calidad).
Tras la Segunda Guerra Mundial, cae el muro y la región pasa a formar parte de la RDA (República democrática Alemana), las empresas se nacionalizan durante el régimen comunista y A.Lange desaparece. Sólo tras la caída del Muro del Berlín, el biznieto de Ferdinand A. Lange, Walter, puede poner otra vez en marcha la manufactura lanzando al mundo una colección en 1994.
Esta colección causa sensación con sus relojes ya que está compuesta por el Saxonia, del Tourbillon "Pour le Merite", el reloj para señora Arkade y el Lange 1, reloj emblemático símbolo de la firma germana.
En estos años, la manufactura A.Lang & Söhne ha recuperado el esplendor de antaño y la familia vuelve a ocupar el sitio que le corresponde entre las grandes firmas relojeras del mundo, adaptándose a los nuevos tiempos con toda la tradición y el saber hacer de la artesanía y la precisión, un valor que se lleva a rajatabla en esta empresa, con sus puentes grabados a mano que sólo una cultura relojera aprendida generación tras generación puede conservar.
¿Qué os parece la manufactura alemana? A. Lange & Sönhe puntualidad sajona en tu muñeca
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