El Principado de Mónaco salió de su anonimato con el glamour que llegó junto a Grace Kelly. Desde entonces, Mónaco se convirtió en la capital europea del estilo de vida en el sentido más amplio. Si la Princesa Gracia de Mónaco viera los fallos de protocolo en el vestir que se han producido en la boda de su hijo y la ahora princesa Charlenese sentiría muy decepcionada.
Empezando por su hija, la princesa Estefanía de Mónaco, acudiendo a ambas ceremonias sin sombrero o tocado. Ausentes tanto en la boda civil como en la religiosa, la hermana del novio debería representar mejor a la família principesca. Si te gusta llevarlo o no, en ocasiones como ésta poco importa: escoges el que más te guste (o el que menos rabia te de) y te ajustas al protocolo. Su hermana, la princesa Carolina, siempre un modelo a seguir.
Otro de los fallos de protocolo en el vestir que se ha visto durante la ceremonia religiosa de ayer son chaqués sin abotonar. Sin ir más lejos, el del padre de la novia, Michael Wittstock.
La pareja formada por Naomi Campbell y su marido cometió dos errores. Ya os comenté ayer que la supermodelo debió escoger un vestido corto y Vladislav Doronin también olvidó abotonar el único botón de la chaqueta tipo levita de su chaqué.
Como podemos comprobar ceremonia tras ceremonia, las personas supuestamente más informadas en protocolo cometen fallos tan simples pero tan visibles como éstos. Un pequeño esfuerzo por no olvidarlos no es tan difícil.
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