Desde hace más de un año que los amantes de los megayates estamos pendientes de la botadura del famoso Eclipse, el quinto propiedad del ruso Roman Abramovich que ya era famoso sin haber salido de los astilleros alemanes Blohm & Voss.
Los rumores ante la posibilidad de que no llegara a ver el mar por culpa de la crisis global sólo se han quedado en eso. Lo único que ha causado es un retraso en su finalización tras encargarlo unos 3-4 años antes. ¿O ha sido la instalación del láser de infrarrojos antipaparazzi?.
Cuando os conté que es muy celoso de su intimidad y que los dispositivos de seguridad en sus yates son importantes para él, ni se me pasó por la cabeza que incluyera en su construcción un dispositivo que detecta por sensores cuándo una cámara digital está sacando fotos indiscretamente y es capaz de lanzar un haz de luz para anularla de inmediato. Genial, absolutamente genial. Ya veo a los paparazzi sacando su antigua cámara analógica del baúl de los recuerdos.
Felicidades, Sr. Abramovich, su sueño se ha hecho realidad: posee el yate de lujo más grande del mundo a fecha del año 2009, con 170 metros de eslora, 10 metros por encima del Dubai. Por eso, en la imágen principal, parece que no quepa en la foto: es espectacular.
Tiene dos helipuertos, sistema de detección de misiles, el mini-submarino que no falte (le chiflan) y cristales anti-balas.Las dos piscinas es lo de menos. Puede alojar casi a 100 personas entre tripulación (seguridad entrenados como militares incluídos) e invitados.
Añadiendo suplementos aquí y allá, el coste final del Eclipse es muy superior al presupuestado: 800 millones de euros. No sé si ese coste le ha hecho pestañear demasiado: ni ha vendido alguno de los otros yates de lujo que posee ni le ha impedido regalar a su novia la finca en la isla caribeña de Saint-Barthélémy ni parcelas en la Luna.
Fotos | Mail Online
En Embelezzia | Abramovich no sólo tiene un yate de lujo, ni dos … ni tres …