Para empezar la mañana nada mejor que una de las mejores joyas de Van Cleef & Arpels, el broche Ballerina. En la inspiración de la firma joyera siempre han estado presente las hadas, los broches de bailarinas, la naturaleza...
Este broche se creó por primera vez en 1940, en Nueva York. La re-edición del siglo XXI ha corrido a cargo de Maurice Duvalet, diseñador francés afincando en la Gran Manzana, en colaboración con John Rubel.
Dicen que tras la Gran Depresión la firma Van Cleef & Arpels quería devolver la alegría por los detalles a la sociedad, y este conjunto de piedras preciosas es una muestra de ello: un símbolo de alegría y esperanza por los días que vendrán.
La joya parece cobrar vida con el movimiento; el traje brilla hasta deslumbrar con los diamantes talla rosa acentuados por rubíes y esmeraldas montados en platino.
En 1960 cesó la producción en Francia de estas bailarinas tan especiales, aunque las europeas eran diferentes. Estaban esculpidas en oro y destacaban las turquesas, rubíes y los zafiros; muy rara vez los diamantes.
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