Después del éxito de la publicidad de Love It Light y de las botellas customizadas por Karl Lagerfeld, parecía difícil que los de Coca-Cola pudieran volver a sorprendernos con tanto arte. Como cada año, por esta época, la célebre marca de sodas confía en un nuevo artista para que personalice la versión Light de su botella, que pasa así, a engrosar las filas del Club Coke.
Teniendo en cuenta que desde que nació, la Coca-Cola Light se ha posicionado incondicionalmente dentro del sector del lujo y de la moda, ha sido un auténtico acierto que se encomendasen al creativo Jean Paul Gaultier.
Formando parte del programa de esta joint-venture, está prevista una edición limitada de botellas que se pondrán a la venta a partir de la última semana de abril, y que se venderán a razón de 1,50 € la unidad, y tres vídeos de un minuto y medio de duración que, a modo de un guiñol, recrearán las aventuras y desventuras de las ya famosas muñecas de Love It Light.
Como la vida es puro teatro, ábrase pues el telón; pero que los pesados cortinones dejen paso a alegres cortinas de loneta blanca a rayas azules marca de la casa. Un primer guiño a las marinières descubiertas por Coco Chanel allá por 1910 en Deauville, y que el bueno de Gaultier ha decidido, no sólo vestir, sino convertir en su enseña particular al declinarlas y reinterpretarlas en todas las variantes posibles.
Nada más empezar el primer vídeo, se ve a Jean Paul interpretando el papel de un paparazzo con un tupé a lo rockabilly (con cierto tufo a Suzie Menkes), que le pregunta a una estrella del rock que pasó anoche. Acto seguido, se ve a una coreógrafa que está preparando, sin demasiado fortuna, un nuevo baile para una artista muy conocida de quien no puede desvelar el nombre. Sin embargo, lo que hace no funciona, resulta ñoño.
Entonces aparece Gaultier, esta vez vistiendo la camiseta marinera, que le asegura que la culpa la tiene su indumentaria. Mientras escucha música rock, con ayuda de aguja e hilo, va creando una nueva mise, que hará que la tímida Irene vuele. ¡Lógico pues el nuevo modelito es zip, es glam, rock & roll y absolutamente Light!
En el segundo vídeo se percibe en un segundo plano a un Gaultier, caracterizado a lo Bernard-Henri Lévy, que pregunta a una frágil Bernadette –tumbada en el diván de un psiquiatra- qué ocurrió. Con la melena despeinada, sin desmaquillar y vistiendo sólo un salto de cama, la muñeca va recordando que se despertó tarde, que tenía una entrevista de trabajo, pero que no encontraba su falda ni sus medias, pues alguien se las debía haber llevado a media noche.
El diseñador que murmura al oído de las marionetas le dice que no se preocupe, que la va a ayudar, pues salir de esa guisa a la calle sería su suicidio social. Tras desvestirla, hace que se introduzca en su mediática Robe marinière con plumas a rayas perteneciente a su colección primavera-verano 2000 con bolso a juego. ¿Algo qué objetar? “En absoluto, contesta la muñeca, Jean Paul y yo nos hemos fusionado!
El último vídeo de esta serie muestra a una fashionista en plena crisis de inspiración, que le comenta a una amiga por teléfono que su corazón ya no responde a la moda. Mientras, rememorando la famosa escena de la película Psicosis, detrás de unas cortinas y portando unas enormes tijeras, se vislumbra la figura del diseñador, que decide cortar por lo sano la situación seccionando el cable del teléfono.
La muñeca le pregunta quién le ha dejado entrar, y le suplica que no le haga daño a su estilo. A lo que el diseñador le responde que no se preocupe, que le va a hacer ver la vida en Light. En la escena siguiente se ve a Eleanor llena de tatoos. Cuando un detective le pregunta si quiere presentar alguna reclamación, la muñeca responde que no, que lleva a Gaultier, a Jean Paul tatuado en la piel.
Jean Paul Gaultier celebra este año su sesenta cumpleaños, pasando así de ser l'enfant terrible al enfant éternel. ¿Se os ocurre una manera más trendy de brindar a su salud?
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