Los arquitectos Gonzalo Crecente Maseda y Xosé Manuel Rosales Noves han diseñado una vivienda unifamiliar, que parece flotar, en medio de un bosque de robles, abedules y castaños. Este proyecto fue galardonado con el Premio Fundación Juana de Vega de Arquitectura. El jurado que falló el premio valoró especialmente el equilibrio entre un buen diseño con la integración de la obra en su entorno natural.
Respetuosa con el medio ambiente, la vivienda en efecto parece flotar, pues no está en contacto con el terreno en su perímetro, sino que mantiene el perfil natural del solar (ligeramente inclinado) y del arbolado.
La madera predomina tanto en el interior como en el exterior, combinada con chapa ondulada, con cerramientos de aluminio, y con placas de fibrocemento con acabado fenólico (que recuerdan a la madera) dando forma a un patio de gravilla, a la manera de los xero jardines japoneses, con escasos elementos vegetales, y con un corredor de madera en la entrada, que parece conectar con otras dependencias.
El salón es la habitación más espectacular de la casa, con una original terraza que se encuentra en estrecha relación con el bosque a través de grandes cristaleras que se pueden abrir.
La casa del bosque de robles en Betanzos, de diseño minimalista, se asienta con respeto, procurando no alterar el maravilloso paisaje donde está ubicada. ¿Os gusta? porque a mi,¡me encanta!
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